El cheque electrónico consiste en la digitalización del formato tradicional, aunque su uso no será obligatorio. Esta nueva modalidad se cargará como una transferencia, el destinatario lo recibirá y lo podrá firmar inmediatamente para depositarlo en su cuenta. O endosarlo, tal como se hace con el papel.
Según explica la resolución de octubre del año pasado (la comunicación A6578), en los próximos 180 días se pondrá en vigencia. Ese plazo se cumplirá en los últimos días de marzo.
«El requisito de la firma quedará satisfecho si se utiliza cualquier método electrónico que asegure indubitablemente la exteriorización de la voluntad del librador y la integridad del instrumento, la confiabilidad de la operación de emisión y su autenticación en su conjunto (…)». Es decir lo podrá hacer por home banking, por ejemplo. Y enviarlo a un receptor. A la vez, los mismos podrán ser «endosados y/o avalados en forma electrónica, siempre y cuando se utilicen para ello mecanismos que cumplimenten lo requerido en el párrafo precedente», señala.
«Se deberán adoptar los mecanismos -propios o a través de terceros- que resulten necesarios para que los clientes puedan depositar o cobrar en ventanilla los eCheq», agrega.
Según explica a La Nación, Jorge Larravide, gerente comercial de LINK, quien participa de la mesa de innovación del BCRA, armar el eCheq «será una funcionalidad de una app, de home banking y todo lo que sería equivalente a la firma escrita, se toma válido en esa plataforma: usuario, con clave, coordenadas o token. En lugar de emitir una transferencia, emitís un cheque electrónico. Y luego firmás electrónicamente», detalla.
«Una empresa que tiene una chequera, le desaparece y hasta que se da cuenta que le falta puede haber un montón de cheques circulando a nombre de la compañía. Y encima hay un trámite engorroso para denunciar esos cheques como robados», explica Larravide.
«Esta modalidad de cheques electrónicos evitará también que haya cheques falsos», señala al matutino Rosario Flores Vidal, gerenta de Productos del Banco Industrial, una de las entidades que tendrá este servicio.
«Por ejemplo se reduce a la mitad la probabilidad de emitir cheques con errores formales que luego son rechazados, o se facilita su negociación o depósito sin necesidad de presencia física», agrega Pablo García Arabehety, gerente de Sistemas del BCRA.
A la vez, para los usuarios, sobre todo aquellos que cobran en este formato, podría haber otra ventaja: «Hay áreas de proveedores que atienden en horarios limitados, como los viernes de 12 a 13. Como es una modalidad electrónica, podría circular los siete días de la semana», confía Larravide.
«En el relevamiento internacional que realizó el BCRA en la etapa de investigación y desarrollo, no se identificaron cheques electrónicos de estas características. Los «eChecks» de países como EEUU o Hong Kong funcionan como simples órdenes de transferencia. En Argentina, al estar formalizada la posibilidad del pago diferido, el cheque no es sólo un medio de pago sino también un instrumento de financiación,especialmente para Pymes», describe Arabehety.