Tiene 8 meses, se llama Mía y se encuentra internada en estado delicado en el hospital de Niños de La Plata. «Tiene muerte cerebral», aseguraron las autoridades judiciales.
Tiene 8 meses, se llama Mía y agoniza en el hospital de Niños de La Plata. “Tiene muerte cerebral”, admitió una fuente judicial. Por el caso fueron detenidos los padres, una empleada de supermercado 19 años y un albañil, de 22.
Los tres vivían hasta el lunes pasado en Brandsen, que es el punto de partido de esta historia tan brutal como incomprensible.
La pareja llegó antenoche al hospital de esa localidad con la bebita en estado desesperante. El padre explicó que “la tenía en brazos cuando se le cayó de repente, y como empezó a sangrar por la boca, la llevaron”, contó un investigador. Los médicos no tardaron en detectar la complejidad del cuadro, por lo que decidieron trasladar a la menor al hospital de Niños de La Plata, mientras se comunicaban con sus colegas para ponerlos al tanto del tema.
Con el dato de que podía tratarse de un caso de maltrato infantil severo, las autoridades del Sor María Ludovica se pusieron en contacto con la policía, de modo que para cuando la ambulancia entró a la explanada con la pequeña y sus padres, a éstos los esperaban los detectives de la DDI con unas cuantas preguntas.
Una médica de terapia confirmó luego a los policías que el estado de la bebita era “gravísimo”, con lesiones externas e internas por golpes y algunas “a nivel genital que podrían corresponderse a un abuso sexual”, reprodujeron fuentes judiciales.
La víctima fue examinada luego por peritos del Gabinete de Delitos Sexuales, que encontraron “gravísimas lesiones a nivel vaginal y anal, contestes con una penetración con elemento similar a pene en erección”, figura en el informe.
Después de escuchar las conclusiones de los expertos, la fiscal Leila Aguilar ordenó aprehender a los padres, para indagarlos hoy. Un jefe policial comentó que los acusados “no intentaron desmentir los cargos, ni justificarse. Lo tomaron con una frialdad absoluta”.
Mientras los detectives del Gabinete hacían su trabajo en el hospital, sus pares de la comisaría de Brandsen recorrían el barrio donde supuestamente sucedió todo.
En ese rastrillaje ubicaron a una tía de la bebita, quien “dio fe de que la menor era sometida en forma constante a golpes y malos tratos por parte de los padres”, resaltó un pesquisa, confirmando que ese relato se ajusta a las lesiones que presenta la víctima “en la zona del cráneo y el resto del cuerpo”.
La tía no denunció ninguno de esos ataques que ahora mantienen a la chiquita en un estado que los voceros describieron como “prácticamente irreversible”.
En principio, los dos padres quedaron imputados por “abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante y por haberse cometido por un familiar directo y homicidio en grado de tentativa”. La situación podría cambiar si se comprueba que la mujer no participó ni estaba al tanto de las violaciones, aunque es difícil que pueda desligarse de los castigos físicos y los malos tratos que padeció la niña