El camionero y el gastronómico acusaron al Gobierno de «incapacidad en la gestión para la solución de los problemas», al emitir una declaración final del plenario nacional de Mar del Plata. Al encuentro, que se realizó en el Hotel Presidente de la ciudad balnearia, asistieron dirigentes de más de 100 gremios, pero -tal como habían adelantado- se ausentaron Daniel Scioli, Sergio Massa y José Manuel De la Sota, los tres presidenciables del peronismo que los sindicalistas había invitado. Lo que había sido imaginado como un encuentro político quedó reducido a una reunión puramente sindical por las ausencias de los dirigentes políticos, quienes terminaron siendo blanco de críticas de ambos popes gremiales por haber tomado la decisión de no ir. «Si no tienen huevos para venir, que no vengan. Ya que quieren ser presidentes, nos hubiera gustado desde el movimiento obrero escucharlos hablar de industria, inflación, deuda externa y el Banco Central», disparó, fiel a su estilo, Barrionuevo. Por su parte, Moyano opinó que los ausentes decidieron no concurrir por «miedo a la foto», pero de inmediato se preguntó: «Cuando (esos dirigentes) se sacan la foto con (Amado) Boudou, con Julio De Vido, con (Ricardo) Jaime, ¿no sienten nada en la piel?, esas si son fotos para aguantarlas». En rigor, Barrionuevo sí obtuvo su foto con Scioli y Massa, pero unos día antes, durante la fiesta de inauguración de la sala de juegos del Hotel Sasso, propiedad de su gremio de Gastronómicos. Una presencia relevante fue la de el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, quien pertenece a la CGT oficialista que conduce el metalúrgico Antonio Caló. «No vengo en representación de alguna CGT sino porque más que nunca tenemos que estar unidos y porque demandamos los mismos derechos» que las centrales opositoras, subrayó. Al tomar la palabra en el inicio del plenario, Moyano sostuvo que en los últimos años «se duplicó la pobreza y la falta de trabajo porque no han sabido gobernar». Además hizo alusiones al camino de unidad que debe iniciar el movimiento obrero, aunque tras este plenario quedó demostrado que podrá haber un acercamiento entre las dos CGT opositoras, pero la confluencia con la CGT cercana al Gobierno será un proceso mucho más extenso. Al respecto, Moyano evaluó que «éste es el comienzo de una nueva etapa del movimiento obrero, con la construcción de la unidad, más allá de pequeñas diferencias» con otros pares. Por su parte, Barrionuevo sostuvo que la reunión «se hizo para buscar la unidad con todos, sin exclusiones, como se hizo en otras oportunidades» y, según dijo, apuntó «a la paz social». Expresó que su acercamiento a Moyano «no es una reunión corporativa o para entorpecer al Gobierno» y aclaró: «De nosotros no va a salir una desestabilización y solamente no vamos a dejar de reclamar los intereses del movimiento obrero». El documento difundido tras el cónclave manifestó la preocupación de ambas centrales por la situación del país y se pidió abrir una «lucha contra la inflación y la actual devaluación que repercute contra el poder adquisitivo de los trabajadores» y una «equiparación de los haberes mínimos jubilatorios con el Salario Mínimo Vital y Móvil». También se hizo hincapié en la necesidad de lograr «la unidad de movimiento obrero como elemento vertebral para la solución pretendida» a los temas que preocupan y exigió la «eliminación del impuesto al trabajo (impuesto a las ganancias sobre salarios)». «¿Qué sucede entre nosotros que vivimos entrando y saliendo de las crisis? El gran desafío para el 2014 es romper este círculo maldito, tal como otras generaciones de argentinos que vieron los recursos del país y la nobleza de nuestro pueblo y partieron en búsqueda del futuro», añadieron las centrales opositoras. Además de Moyano, Barrionuevo, Fernández y Venegas, estuvieron Omar Maturano (La Fraternidad), el otro dirigente de la CGT Caló que se acercó al encuentro; los moyanistas Abel Frutos (Panaderos), Julio Piumato (Judic
Acto sindical de Moyano y Luis Barrionuevo
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