Los ciudadanos alemanes de los estados federados de Baden-Württemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt, elegían este domingo en las urnas a sus representantes en los parlamentos regionales, en unos comicios marcados por el temor del ascenso de la ultraderecha xenófoba y con un discurso anti refugiados. Los comicios son considerados como una prueba para la gran coalición federal de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) vigente en Alemania desde finales de 2013 y, principalmente, para la gestión de la crisis de los refugiados que ha mantenido la canciller, Angela Merkel. El principal temor es el crecimiento del emergente populismo de derecha de Alternativa por Alemania (AfD). AfD, nacida en 2013 como partido euroescéptico contrario a los rescates griegos y que en las elecciones generales de ese año quedó fuera del Bundestag con el 4,7% de los votos, espera ahora, como mínimo, duplicar ese porcentaje, apoyada en un discurso xenofóbico, para situarse como tercera mayor fuerza. Según los últimos sondeos, su mayor triunfo lo lograría en el estado de Sajonia-Anhalt, en el este del país, donde el último barómetro político que difunde la segunda cadena de la televisión pública la otorga el 18% de los sufragios. En los otros dos estados federados en liza, Baden-Wurttemberg y Renania-Palatinado, ambos en el oeste, AfD rondaría entre el 9% y el 11% de los votos, según la agencia de noticias EFE. Tras la llegada el año pasado a Alemania de cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo, la crisis de los refugiados y las iniciativas para frenar los flujos centraron el interés de las campañas, al mismo tiempo que los ataques contra símbolos vinculados a los refugiados y los inmigrantes se multiplicaron en todo el país. Atentos a la posibilidad de que AfD gane espacios políticos, tanto los principales partidos como la la cúpula del clero advirtieron a los casi 13 millones de votantes habilitados sobre los peligros del ascenso de la ultraderecha. «Un cristiano no puede dar su voto a nadie que propaga el odio o predica el racismo», aseguró el presidente de la Conferencia de Obispos Alemanes, el cardenal Reinhard Marx en una entrevista con el diario dominical Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung. Por su parte, los socialdemócratas también lanzaron hoy advertencias de último momento para concientizar al electorado. «Los populistas de derechas sólo serán fuertes si votan pocas personas. Por eso lucha el SPD por una alta participación electoral. La democracia no tiene alternativa», destacó en un comunicado Katrin Budde, cabeza de lista socialdemócrata en Sajonia-Anhalt. Al mismo tiempo, la Juventud del CDU, la fuerza de Merkel, publicó un video en internet, en el que pidieron el voto de la gente para un «partido popular que está alejado de los populista de la derecha, que azuzan los miedos y las preocupaciones de la sociedad sin ofrecer soluciones». Sajonia-Anhalt es el único de los tres estados que vota hoy en el que gobierna la CDU, en una gran coalición con los socialdemócratas, a los que las encuestas auguran una importante pérdida de votos. El SPD también espera sufrir en Baden-Wüttemberg, en donde es socio minoritario en un gobierno dirigido por Los Verdes, que confían poder reforzar su posición frente a la caída de los conservadores. La esperanza de los socialdemócratas es conservar el poder en Renania-Palatinado, donde gobierna en coalición con los ecologistas. En estado los sondeos otorgan una corta ventaja a su candidata y primera ministra, Malu Dreyer, frente a la líder de la CDU, Julia Klöckner.
Alemania vota en elecciones regionales y se teme un ascenso de la ultraderecha
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