Ana Falú: Reconocimiento Internacional en Arquitectura y Urbanismo
El pasado 3 de diciembre, Ana Falú, reconocida arquitecta y activista social, fue galardonada con la medalla Jorge Camberos Garibi durante el ArpaFIL, un evento destacado en el ámbito de la arquitectura que tuvo lugar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México.
La medalla Jorge Camberos Garibi se otorga a quienes hacen una contribución significativa en la planeación y práctica urbanística. Desde el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (Cuaad), que organizó el evento, destacan que este reconocimiento a Falú es un homenaje a su dedicación en repensar las ciudades desde una perspectiva de justicia social, equidad e inclusión.
Al recibir el premio, Falú expresó que lo considera un momento de tranquilidad en su vida personal y profesional. «El homenaje a Jorge Camberos Garibi refleja una visión colectiva, un reconocimiento a todas las féminas que, de manera inquebrantable, trabajamos por un urbanismo crítico, centrado en la equidad y el bienestar de las comunidades,» afirmó.
Regreso a la Democracia y su Impacto en Córdoba
Nacida en Tucumán, Falú se estableció en Córdoba tras su regreso del exilio. Junto a su esposo, el arquitecto Fernando Chaves, formaron parte de la Asociación Latinoamericana para el Urbanismo y la Arquitectura en Ecuador. «Estábamos profundamente conectados con grupos que trabajaban en temas de hábitat y vivienda en toda Latinoamérica, y decidimos implantar esas experiencias en Argentina,» explicó.
Así nació el Centro de Intercambio y Servicios para el Cono Sur (Ciscsa), con el propósito de mejorar las condiciones de hábitat social y ofrecer alternativas viables de vivienda que beneficien a la comunidad.
El Urbanismo desde una Perspectiva Feminista
Desde su función como directora en Ciscsa, Falú impulsa iniciativas que abordan la intersección entre género y territorio. «El urbanismo feminista es una construcción colectiva que reconoce que la ciudad es percibida de manera diferente por hombres y mujeres. Los espacios urbanos no son neutrales y omitir esta realidad perpetúa desigualdades,» explica.
El urbanismo feminista desafía el modelo tradicional, que ha sido diseñado a partir de jerarquías que excluyen a muchos y crean entornos que refuerzan roles de género. Se plantea la necesidad de un diseño urbano que promueva la seguridad y el bienestar, eliminando barreras que hacen que ciertos espacios sean hostiles.
Además, Falú abordó la situación habitacional de mujeres en Córdoba, donde muchas son las responsables únicas de sus hogares y viven en condiciones de precariedad. «Hemos desarrollado un índice de vulnerabilidad territorial de género que mide los factores socioeconómicos que afectan a estas mujeres. Las áreas más vulnerables son mucho más extensas que las mejor servidas en términos de servicios básicos,» subrayó.
Sin embargo, persisten deudas en la implementación del urbanismo feminista. «Las políticas actuales a menudo ignoran la perspectiva de género. La violencia contra las mujeres sigue siendo un problema en los espacios públicos, y la falta de servicios adecuados limita su calidad de vida. Es fundamental contar con infraestructura de cuidado que permita a las mujeres equilibrar sus responsabilidades familiares y laborales,» concluyó.
