$(document).ready(function(){ Galleria.loadTheme(«/js/galleria/themes/twelve/galleria.twelve.min.js»); Galleria.run(«.galleria»); }) Claro que ese clima de puertas para adentro y hacia fuera solamente para la prensa argentina, no fue de la mano del ambiente, que con una temperatura de 38 grados castigó duramente a todos los presentes, en el día más caluroso del año en San Francisco y su zona de influencia en la costa oeste estadounidense. Y después, claro, estaba el otro clima, el de la expectativa por ver al mejor futbolista del mundo, que en realidad estuvo «bajo cero» en comparación con lo que suele elevar el termómetro de la atracción el capitán argentino. Sin expectativas en la afición, con someras referencias en los medios deportivo que esencialmente hablan del «equipo de Messi» y no de Argentina, se puede decir que el entrenamiento en que el rosarino volvía después de una lesión en la parrilla intercostal izquierda y hubiese generado una desmesurada expectativa en el resto del planeta, aquí no fue tal. #CopaAmerica Primeros movimientos de la Selección en el campo del Spartans, en San José. pic.twitter.com/EOKczW6ZBO — Selección Argentina (@Argentina) 4 de junio de 2016 Entonces Messi pudo entrenar diferenciado junto al desgarrado Lucas Biglia en un rincón del campo de juego desarrollando trotes muy livianos y pasando permanentemente por debajo de los chorros de agua que emergían de los grifos abiertos más para refrescarlo que para regar un césped impecable. Y mientras los camarógrafos apuntaban a su diminuta figura y los fotógrafos trataban de buscar la mejor imagen, sin la desesperación de otras ocasiones, casi que daba lástima observar como otros 21 futbolistas (Biglia la ligaba de rebote) empezaban a sudar ‘la gota gorda’ bajo el sol impiadoso, arengados por el profesor Elvio Paolorroso, quien les mentía que la tarde estaba «muy linda, ideal para entrenar fuerte». #CopaAmerica Messi está de vuelta. El mejor del mundo practica en forma diferenciada con el kinesiólogo Luis García. pic.twitter.com/0DklWurREQ — Selección Argentina (@Argentina) 4 de junio de 2016 Mientras tanto un grupo de juveniles sparrings, chicos y chicas, observaban a Messi como una deidad desconocida, mientras aguardaban para ir a ver a ‘su’ Estados Unidos un rato después en el Levi’s Stadium, donde seguramente el lunes Messi estará en cancha para enfrentar a Chile, casi, casi al margen de como evolucione su maltrecha cintura. Es que acá el interés deportivo pasa por estos días más por la final de la NBA y el cercano equipo del vigente campeón Golden State Warriors (Oakland está ahí nomás de Santa Clara) con su figura, el base estrella Stephen Curry (existe la posiblidad de que pase a visitar a Messi en la mañana del domingo por la concentración argentina), repitiendo la final del de la temporada anterior ante Cleveland Cavaliers que este ‘soccer’ que sigue siendo ‘sapo de otro pozo’ para los estadounidenses. Y eso que Messi ya anda por aquí. Pero si con él no alcanza para entusiasmar a los americanos con el fútbol, al menos que sirva para que Argentina se lleve el título en esta Copa América Centenario, algo que para sus compatriotas será más que suficiente.
Argentina, con Messi, entrena a la espera del debut frente a Chile
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