El Grupo Pelco embarcará en la última semana de junio 50 toneladas de plaquetas electrónicas en desuso con destino a Bélgica, en una operación que representará un ingreso inicial de divisas por US$ 230.000. Si bien la operación no es muy grande, representa el puntapié inicial para un negocio exportador que para la Argentina podría significar ingresos de divisas por más del doble de lo que en los últimos años produjo la venta de soja al exterior, el principal generador de divisas para el país. Incluso si el país avanzara hacia el tratamiento de los residuos electrónicos, tal como lo hace el Centro Basura Cero, se podrían sustituir importaciones de cobre, cadmio, níquel, arsénico, y reutilizar además de plásticos, otros metales como el oro. En la Argentina no existe ninguna planta que realice la tarea de extracción de metales preciosos de los residuos electrónicos, denominada minería urbana, ni tampoco masa crítica para su operación. Ni a nivel nacional ni en otras jurisdicciones, exceptuando la provincia de Buenos Aires, los residuos electrónicos están catalogados como peligrosos, y por ende, no existe obligación de disponerlos en centros especiales para su separación y posterior reciclado. «Para ello será necesario retomar el tratamiento de la ley que establece la recuperación y reutilización de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que había perdido estado parlamentario en 2012, pero que ahora lo recuperó y podría ser aprobada», indicó a Télam, el director de la planta de Basura Cero, Jorge Amar. Por su parte, la directora del Grupo Pelco, Claudia Kalinec, también destacó a Télam que «los electrónicos son los más valiosos de todos los residuos, porque 72% es reciclable, y 25% reusable», y subrayó la importancia que tendrá si el Gobierno decide avanzar con el tratamiento de la ley que atiende la recuperación de este tipo de desechos. De acuerdo a la ONU, la Argentina produce 300.000 toneladas de basura electrónica al año, y se ubica tercera en el ránking latinoamericano de mayores generadores de residuos de este tipo, detrás de México, con 958.000 toneladas, y Brasil, con 1,4 millones de toneladas. Según este mismo informe sobre la generación de basura electrónica en Latinoamérica, la Argentina producía 220.000 toneladas de residuos en 2009; pasó a 292.000 en 2014, y estima que alcanzará las 340.000 en 2018. «Vimos un crecimiento de este tipo de residuos, averiguamos cómo era el procedimiento para hacer una correcta disposición, y encaramos el proceso para exportarlos», precisó Kalinec, quien indicó que «lo ideal sería desarmar las plaquetas para recuperar los metales, pero ésa es una tecnología que no hay actualmente en el país, lo que obliga a hacerlo con un operador de afuera». Por su lado, Amar afirmó que «Argentina es una fuente inmensa de sustitución de importaciones», y calculó que si se procesara en forma completa en el país «hay tantos dólares para generar como empleo genuino». Precisó que Basura Cero, en su planta del barrio porteño de Villa Lugano, «trata 400 toneladas por mes de residuos electrónicos», y puntualizó que «se alcanza un aprovechamiento de 92%». En tanto, Kalinec sostuvo que «hay que concientizar a la población para que separe este tipo de residuos, de los domésticos», porque advirtió que «si no, lo levanta un recolector de basura y la lleva al relleno del Ceamse, en lugar de recuperarse». A su criterio, «es preciso crear un circuito formal de devolución de estos aparatos», como computadoras y sus accesorios, teléfonos celulares, heladeras, lavarropas, televisores, una vez desechados. De esta manera, la ejecutiva de Pelco estimó que «se generaría un volumen suficiente de residuos tratados que daría pie a que aparezca la inversión en tecnología para recuperar materiales en el país, y no tener que exportar la basura para su procesamiento en el exterior».
Argentina ingresará en el millonario negocio de residuos electrónicos
Que opinas? Deja tu comentario