Mientras ultiman a contrarreloj los preparativos para la visita de la semana entrante de Barack Obama, el Gobierno negocia con Estados Unidos la obtención de beneficios en torno al programa de otorgamiento de visas al que los argentinos deben acceder para ingresar en territorio norteamericano. Si bien fuentes oficiales explicaron que por ahora las conversaciones se limitan a «disminuir los procesos para acceder a la visa», desde un sector del Gobierno conservan las esperanzas de que en el largo plazo la Argentina logre ingresar al programa de exención de dicho documento. «Creemos que el tema va a estar presente en la agenda bilateral de la próxima semana», aseguró un alto funcionario vinculado a las Relaciones Exteriores. Según confiaron desde la Cancillería, las negociaciones se circunscriben por ahora en avanzar para simplificar el trámite para la obtención de la visa. «Hacerlo menos engorroso: que no se tarde tanto en sacarla o que los ciudadanos del interior del país no tengan que viajar a la ciudad de Buenos Aires para obtenerla. Va en esa línea», explicaron desde el Palacio San Martín. La semana pasada, sin embargo, el embajador argentino en los Estados Unidos, Martín Lousteau, confirmó que el Gobierno había iniciado el proceso para ingresar al Visa Waiver Program, que le permitiría a los argentinos que quieran ingresar a territorio norteamericano utilizar el Electronic System for Travel Authorization (ESTA), un formulario que se completa a través de Internet, mucho más rápido y menos costoso que el visado tradicional. Desde el Gobierno insistieron en las últimas horas en bajarle el tono a las negociaciones para no generar falsas expectativas. «El sistema de visas por ahora se seguiría usando, vamos paso a paso», abundaron, y explicaron que la decisión del Gobierno norteamericano de incluir a un país en el programa de exención del visado no se limita solo a cuestiones vinculadas con los sistemas migratorios, sino que obedece en gran parte a la visión geopolítica de la Casa Blanca. «Estados Unidos decide cómo y de qué forma relacionarse con el mundo», agregaron desde la Casa Rosada. Sin embargo, desde la Dirección Nacional de Migraciones trabajaron en las últimas semanas en la resolución de una serie de cuestiones vinculadas a reformar los controles en el ingreso de ciudadanos a los Estados Unidos, y proyectan algunas inversiones relacionadas con la seguridad aeroportuaria. En ese contexto, el Gobierno solucionó una problemática en torno a unos 29 mil pasaportes que habían sido renovados en los últimos años por el Registro Nacional de las Personas (RENAPER) y que en la base de Interpol internacional figuraban como revocados. «Muchos de ellos tenían visas todavía vigentes y eran rebotados y observados por las autoridades porque en la base de datos de Interpol no existe la categoría ‘renovado’, saltaba el alerta como revocados», grafican desde Migraciones. La solución llegó luego de diversas reuniones entre autoridades de Cancillería, de Migraciones y del RENAPER con funcionarios de Interpol. En paralelo, en la Dirección Nacional de Migraciones estudian un plan destinado a reforzar los controles aeroportuarios que podrían implementarse en el transcurso del año y que serian bien vistos, entre otros, por el Gobierno norteamericano. La única manera de ingresar a Estados Unidos es vía aérea. «Eso facilita el trabajo», aseguran. De hecho, el control aéreo no presenta fisuras como, por ejemplo, el terrestre: en la gran mayoría de los más de 200 pasos fronterizos -la Argentina es uno de los países con más pasos terrestres- se presentan fallas debido a falencias estructurales o falta de inversión. En ese sentido, desde el Gobierno trabajan en la puesta en marcha de sistemas biométricos en el área aeroportuaria para pasajeros frecuentes. «Es una cabina en la que el viajero apoya el pasaporte, y si está todo en regla te abre la puerta y pasas. Se sortea el control cara a cara con el inspector de Migraciones», detallan. Los funcionari
Argentina negocia por visas de EE.UU. y reformas migratorias
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