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viernes, noviembre 22, 2024
Argentina tendrá su primera escuela 100% sustentable en Mar Chiquita

Argentina tendrá su primera escuela 100% sustentable en Mar Chiquita

Bajo el sistema desarrollado por el arquitecto norteamericano Michael Reynolds, conocido como «el guerrero de la basura», 150 voluntarios edifican un establecimiento con llantas, botellas, latas y otros materiales reciclados, que además se autoabastece.

La primera escuela «100 por ciento sustentable» podrá abrir sus puertas a mediados de marzo en la localidad bonaerense de Mar Chiquita. Se trata de una escuela muy particular ya que para su construcción se utilizarán más de 2000 cubiertas usadas, 4000 botellas y 8000 latas recicladas y contará con energía eléctrica a través de una red de paneles solares. Por su método de «bio-arquitectura», creado por el arquitecto norteamericano Michael Reynolds, el edificio se mantendrá todo el año con una temperatura interior d entre 18° y 25° y se abastecerá del agua de lluvia, reutilizándola en tres ocasiones antes de su disposición final.

El proyecto «Una Escuela Sustentable Argentina» se inició en 2016, cuando el municipio de Mar Chiquita definió un Plan de Educación Ambiental propio (Planmar) y decidió convocar a Amartya, entidad dedicada a promover la cultura de sustentabilidad, y la ONG Tagma, de Uruguay, que ya había edificado una escuela sustentable (la primera de América latina) en localidad uruguaya de Jaureguiberry, a 80 kilómetros de Montevideo.

Rápidamente, varias empresas, como DirecTV, Unilever y Disney apoyaron con el financiamiento de la iniciativa. En la construcción del edificio, además de los equipos de Tagma y profesionales del proyecto Earthship, creado por Reynolds , participan unos 100 voluntarios de distintos países. De este modo, aprenden el método creado por Reynolds, al mismo tiempo que construyen la escuela.

Tanto el emplazamiento, como los terrenos para el nuevo edificio para la escuela número 12 de Mar Chiquita, fueron dispuestos por el municipio, y está previsto que las obras concluyan en 45 días, para mediados de marzo. «Además de ser un método constructivo que aprovecha los recursos y mejora el medioambiente, es rápido y durable», destacó el propio Michael Reynolds, quien vino a la Argentina a mediados de enero para dar inicio a las obras.

Las paredes de la escuela, que ocupa 350 metros cuadrados y tiene capacidad para albergar a 150 chicos de nivel primario, de entre seis y 12 años, están hechas de neumáticos rellenos con adobe, lo que les brinda un grosor y una aislación importante, así como con vidrios de botellas que aseguran el ingreso de la luz. Está edificada en forma de herradura a fin de aprovechar la insolación natural durante todo el año.

Las paredes exteriores y el tejado están cubiertas por paneles fotovoltaicos, y también contará con aerogeneradores para aprovechar la energía del viento y el sol. Además de estar construída en un 60% con materiales de desecho, la escuela reciclará y reutilizará los desechos y recolectará el agua de lluvia.

Tendrá un sistema de reciclado de aguas grises (sin desechos orgánicos sino químicos como detergentes) y negras (provenientes de los baños). El agua se usará en cuatro ocasiones antes de abandonar el edificio y finalmente será depurada con un método natural, utilizando plantas y piedras para el filtrado.

Los alumnos podrán cultivar sus alimentos en una huerta, mientras que sus familias y la comunidad tendrán otra en el mismo predio, donde se abastecerán de frutas y verduras naturales, tal como ocurre hoy en la escuela de Uruguay.

En tanto, los desechos orgánicos provenientes del comedor serán transformados en compost que a su vez se utilizará en las huertas. Otro tipo de residuos también puede aprovecharse para generar energía.

«A partir de contar con una escuela realmente sustentable, y de la transmisión de valores de cooperación con el prójimo y el cuidado del medioambiente, la asistencia y compromiso en las clases mejoró notablemente», contó Rita, docente de la escuela sustentable de Jaureguiberry.

La escuela de Mar Chiquita será la primera pero y la idea es llevar el proyecto a otros establecimientos del país, aseguraron los impulsores de la iniciativa.

Identikit

– Nombre: Una escuela sustentable.

– Participantes: las ONG Amartya (Argentina), Tagma (Uruguay), Proyecto Earthship (Estados Unidos), el municipio bonaerensde de Mar Chiquita y empresas.

– Facebook: https://www.facebook.com/marchiquitasustentable/

Una nave llamada Tierra

El arquitecto Michael Reynolds, creador del sistema de Bio-arquitectura a partir de su proyecto Earthship, comenzó a desarrollar este sistema de construcción autosustentable en la década del ´70 en los Estados Unidos. En más de 45 años de actividad, llevó adelante más de 100 proyectos en todo el mundo, adaptándolos en cada caso a las condiciones climáticas y del terreno. En 2012, el grupo Tagma de Uruguay, se contactó con Reynolds para edificar en la localidad de Jaureguiberry la primera escuela sustentable de América Latina bajo este método. La obra fue solventada en gran parte a través del crowdfunding, y el proyecto resultó ganador en 2017 de los premios Latinoamérica Verde.

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