“Una persona fue detenida en operaciones llevadas a cabo ayer por la tarde. La investigación continúa de manera intensiva”, subrayó Ala en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo alemán Thomas de Maiziere, quien confirmó que los diez muertos -además del kamikaze- eran turistas alemanes. Maiziere, quien se trasladó a Turquía para seguir de cerca la investigación del atentado, trabajó todo el día codo a codo con su colega turco, coordinado esfuerzos para identificar a las víctimas y dar con los responsables de la matanza. El autor de la masacre fue identificado como Nabil Fadli, consignó la agencia de noticias EFE. Durante la rueda de prensa, Ala indicó que Turquía tenía registradas sus huellas dactilares ya que ingresó hace poco al país procedente de Siria, se sospecha que infiltrado entre refugiados sirios. El periódico Hurriyet Daily News, uno de los más importantes del país euroasiático, publicó que Fadli se registró el pasado 5 de enero en una oficina de inmigración en Estambul. “Sin embargo, no se encontraba en ninguna lista de personas buscadas y tampoco estaba su nombre en la lista de posibles terroristas que nos suministran los diferentes países”, lamentó Ala, quien solicitó “mayor cooperación internacional” para luchar contra el “terrorismo global», que calificó como «el principal problema al que se enfrenta la humanidad este siglo”. El ministro turco señaló, además, que fueron arrestados por presunta pertenencia al grupo islamista radical Estado Islámico (EI) -grupo al que el gobierno turco acusa por el atentado- tres ciudadanos rusos. Los tres sospechosos fueron detenidos en Antalya, una provincia utilizada por numerosos visitantes procedentes de la Federación Rusa. En el registro de su casa se encontró abundante material que, según la policía, demuestra que era una célula encargada de dar apoyo logístico al grupo yihadista y que se mantenía en contacto permanente con los milicianos que combaten en Siria e Irak. En Estambul hoy se realizó otra detención en relación al EI cuando agentes antiterroristas ingresaron en la madrugada en una vivienda del exclusivo barrio de Nisantasi de donde, tras hora y media de registro, se llevaron detenida a una mujer sospechosa de actividades yihadistas. En las horas siguientes a la matanza en el barrio Sultanahmet, la unidad de lucha antiterrorista de la policía turca realizó 21 arrestos en la provincia de Sanliurfa, fronteriza con Siria, donde sospechan que una célula se dedicaba a organizar el paso de milicianos yihadistas entre un país y otro y, según la agencia de noticias estatal Anatolia, “preparaba acciones en el interior de Turquía”. Apenas horas después del ataque de ayer el Gobierno turco responsabilizó al EI, una hipótesis que de confirmarse, constituirá otra prueba de cómo la vecina guerra en Siria se filtró en el país. Maiziere confirmó que entre los once heridos que siguen hospitalizados hay nueve alemanes, dos de los cuales están muy graves, además de un noruego y un peruano. El ministro aseguró que, pese a que la mayoría de víctimas son alemanas, no hay ningún indicio de que el ataque se dirigiera específicamente contra ciudadanos de ese país y que, por ello, no hay motivo para cancelar o interrumpir los viajes a Turquía. El atentado se produjo en la explanada de Sultanahmet, que comunica la Mezquita Azul con la basílica de Santa Sofía, el palacio de Topkapi y el aljibe bizantino, la zona con mayor afluencia de turistas de Estambul, ciudad que recibe al año casi 10 millones de viajeros.
Arrestan a un sospechoso relacionado con el atentado de Estambul
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