Jennair Gerardot tenía 48 años, se dedicaba al marketing y estaba casada desde 1993 con Mark Gerardot, diseñador y amante de los perros como ella.Él la consideraba «mi regalo de cumpleaños 24/7», según publicó en Instagram junto a una foto de ambos. «Soy un tipo afortunado», agregó. Vivían juntos en Wilmington, Delaware, una localidad muy cercana al límite del estado con Pennsylvania, Estados Unidos.
Al mismo tiempo, él tenía una relación extramatrimonial con Meredith Chapman, de 33 años, también una profesional del marketing, a quien había conocido en la Universidad de Delaware, donde trabajaron juntos. Chapman, también casada, se acababa de mudar sola a una casa en Radnor, Pennsylvania, cuando la esposa de su amante descubrió el affair, esperó a que ella regresara del trabajo y la asesinó. Acto seguido, se suicidó.
Al enterarse de la relación entre su esposo y Chapman, Gerardot planifico «un ataque calculado», según la policía de Radnor, una localidad pequeña, distante 45 minutos en automóvil de Wilmington. La comunidad quedó en shock por los acontecimientos, que también sacudieron la esfera política, ya que la mujer asesinada era una republicana que había intentado llegar al senado estatal y había sido vocera del ex congresista Michael Castle.
El caso también resonó en el mundo académico, donde se conocieron los amantes. Chapman acababa de dejar la Universidad de Delaware y había sido nombrada vicepresidenta de servicios de marketing en la Universidad de Villanova.
«Hubo e-mails y mensajes de texto que señalaron lo que ella planeaba hacer», dijo el superintendente de la policía de Radnor, William Colarulo, en una conferencia de prensa. Mark Gerardot llegó agitado a la escena del homicidio-suicidio, porque recibió los mensajes de su mujer. Él estaba esperando a su amante en un restaurante y le sorprendió la demora. A continuación entendió el motivo y corrió hacia la casa de Chapman.
«Es posible que mi esposa esté dentro», dijo a la policía al llegar. Pero los oficiales ya lo sabían: una llamada al 911 había denunciado los disparos, y ya habían encontrado los dos cadáveres.
La tragedia se desencadenó el lunes cuando Jennair Gerardot tomó el tren en Delaware, con un disfraz y una peluca, para dirigirse, armada con un revólver Taurus Tracker .357, a casa de Chapman. Forzó la entrada, recogió los vidrios que rompió para hacerlo y se sentó a esperar. Apenas Chapman abrió la puerta, le disparó. Entonces apuntó el arma hacia sí, y volvió a disparar.