Los letrados Daniel Rubinovich y Rafael Sal Lari fueron intimados a confirmar el contenido y autenticidad de la carta ya sea por escrito u oralmente, y a dar precisiones sobre la nota llegada a la sede de la Cámara Federal y atribuida a Báez, adonde se narra la supuesta presencia de Casanello en la quinta de Olivos en septiembre de 2015. El plazo para hacerlo vence mañana en las dos primeras horas de actividad judicial, es decir, a las 9.30, informaron a Télam fuentes judiciales. Todo se da en el marco del intento por apartar de la causa al juez Casanello, recusado por Leandro Báez. Los camaristas Horacio Cattani, Eduardo Farah y Martín Irurzun ya tienen en su poder otro escrito llegado el jueves último desde otro flanco: la defensa de Leandro, uno de los hijos de Báez. Sus abogados Santiago Viola y Claudia Balbín hicieron saber a los camaristas que, «en caso de que los abogados de Lázaro no confirmen el contenido y la autenticidad de la carta», ellos pedirán prueba como la declaración del detenido, una pericia caligráfica, citación de testigos y un análisis del libro de visitas de la residencia de Olivos, entre otros puntos. Pero advirtieron que esto se hará si la defensa de Báez padre no ratifica la nota llegada a Tribunales y que, según trascendidos, fue escrita por Lázaro en la cárcel de Ezeiza frente al abogado de su hijo Leandro, Santiago Viola, y sin sus abogados designados formalmente en la causa. Esta misiva despertó dudas en el Tribunal porque la letra difiere de otra nota de media carilla recibida tiempo atrás en la mesa de entradas, en la que Báez pedía una audiencia personal para hablar de su excarcelación. En ambos casos, las notas manuscritas llegaron con sello y certificación de firma por parte de las autoridades del complejo penitenciario de Ezeiza, donde Báez sigue preso por orden de Casanello. En el último manuscrito, Báez alude a un episodio en la quinta de Olivos y asegura haber visto a Casanello salir de allí mientras él esperaba para ver a la entonces Presidenta, en septiembre de 2015. Pero días antes, en una audiencia oral ante los jueces, el detenido no hizo mención alguna a este encuentro y dejó deslizar que «no se lo preguntaron», cuando, en las audiencias de este tipo, los camaristas nunca interrogan sino que se deja hablar a quien pretende ser excarcelado. Esa mañana, los jueces de la Sala II sólo escucharon a Báez y lo único que se preguntó fue el estado de salud del detenido empresario santacruceño y si era bien atendido en Ezeiza. El episodio de la carta del dueño de Austral Construcciones se dio en el marco del intento por apartar de la causa por lavado de activos al juez, algo que tiene que decidir el Tribunal de Apelaciones junto a la confirmación o no de los procesamientos dictados ya en el caso. Tanto Casanello como la ex Presidenta desmintieron haberse reunido alguna vez y, de hecho, aseguraron incluso no conocerse. El supuesto vínculo es uno de los argumentos de la defensa de Leandro Báez para reclamar apartar a Casanello del caso, ya que lo acusa de direccionar la pesquisa para terminarla en su familia y no subir en busca de otras responsabilidades, como la de la ex Presidenta y sus funcionarios. Si mañana la Cámara no recibe noticias de los abogados de Báez, comenzará a tratar la recusación y resolverá si acepta o descarta esa nota manuscrita como un elemento a tener en cuenta. Leandro Báez fue imputado formalmente en la causa el jueves pasado por el fiscal federal Guilermo Marijuán, en una ampliación del requerimento de investigación donde se pidieron nuevas medidas de prueba. Pero el menor de los hijos varones de Báez se había presentado en la causa semanas atrás, argumentando que era parte porque Casanello embargó bienes que estaban a su nombre. Tras designar abogados, su primera actividad fue recusar al magistrado.
Báez: la Cámara aguarda precisiones sobre vínculos entre Cristina y Casanello
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