El presidente estadounidense Barack Obama recibió este martes a su par francés François Hollande en la Casa Blanca, donde ambos resaltaron su voluntad de afrontar «juntos» los grandes desafíos globales, desde el terrorismo al cambio climático. Luego de haber escuchado los himnos de los dos países en una soleada pero helada mañana, Obama y Hollande remarcaron los vínculos históricos entre París y Washington, así como su deseo de trabajar mano a mano en una batería de temas. «Es un gran honor recibir a nuestro amigo, el presidente Hollande», dijo Obama durante su discurso en el jardín sur de la Casa Blanca, subrayando que se trata de la primera visita de Estado de un presidente francés a Estados Unidos en casi 20 años. La última visita de Estado de un mandatario francés a Washington, un evento rico en pompa y decoro, tuvo lugar en 1996, en época de Jacques Chirac y Bill Clinton. «Más países deben reforzar y asumir responsabilidades de liderazgo, y eso es lo que Estados Unidos y Francia están haciendo juntos», dijo Obama, al lado de Hollande y ambos escoltados por banderas francesas y americanas. «Hagamos más cosas juntos», añadió el presidente estadounidense. De igual manera, Hollande destacó que París y Washington están «juntos» de cara a los grandes desafíos del momento. «Estamos juntos para combatir el terrorismo, juntos para responder a la amenaza de la proliferación de armas nucleares y químicas, juntos para resolver las crisis del Medio Oriente, juntos para hallar una solución en Siria, juntos para el desarrollo de África, juntos, siempre juntos, para luchar contra el cambio climático», afirmó. Los 21 cañonazos rompieron el aire y los mandatarios pasaron revista a las tropas vestidas de gala, antes de entrar a la mansión presidencial. Poco después de la ceremonia, un puñado de opositores de Hollande se apostaron frente a la Casa Blanca con una enorme pancarta que reclamaba la «dimisión» del presidente francés. Los mandatarios, que el lunes viajaron juntos en el Air Force One a Monticello, en Virginia (este), tierra del padre fundador y tercer presidente estadounidense que además fue embajador en París, Thomas Jefferson, mantenían luego un encuentro en el salón Oval de la Casa Blanca, antes de ofrecer una conferencia de prensa. La jornada culminará con una fastuosa cena de Estado con la presencia de unos 300 invitados. Hollande asistirá solo a la cita con la gastronomía estadounidense, luego de una crisis en su vida sentimental se regara por los tabloides de todo el mundo. El mandatario francés dará un toque histórico a su visita al otorgar la Legión de Honor a uno de los soldados desconocidos enterrados en el cementerio nacional de Arlington, en Washington, y condecorar a seis veteranos de la Segunda Guerra Mundial en Fort Myer. «Hoy Francia y Estados Unidos siguen juntos para hacer que esos valores prevalezcan», dijo el líder francés. «Como las generaciones antes que nosotros, tenemos ahora la tarea no solo de preservar nuestra resistente alianza, sino de renovarla para nuestro tiempo», señaló por su parte Obama. Tras una ruptura por la guerra de Irak hace una década, las relaciones franco-estadounidenses parecen estar fortaleciéndose. Este martes, una alta funcionaria estadounidense alabó el papel de Francia en reducir la violencia extremista en partes de África. «El papel de Francia ha sido clave para lograr éxitos en Mali, y el papel de Francia para tratar de llevar paz y seguridad a la República Centroafricana son muy, muy importantes», dijo la subsecretaria de Estado para África, Linda Thomas-Greenfield. Los dos aliados también forman parte del club de potencias que negocian con Irán sobre su programa nuclear, y acusan al presidente Bashar Al Asad de cometer atrocidades en Siria. Esos temas ocuparán las conversaciones del martes, así como otros asuntos álgidos del momento como la crisis política en Ucrania.
Barack Obama y Francois Hollande se comprometieron a afrontar desafíos globales
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