1. Agua con limón:
Remedio más antiguo que yo, que funciona maravillosamente bien, sobre todo en ayunas. Simplemente llenáis un vaso grande de agua y le exprimís unas gotitas de limón- o más, eso ya a vuestro gusto- y os lo tomáis. También os lo recomiendo antes de las comidas, ya que os sacia y os ayuda a comer menos.
2. Zumo de piña, zanahoria y una pizca de brócoli:
Suena asqueroso, pero está MUY bueno y si encima le añadís un toque de canela, vuestro metabolismo se acelerará y quemaréis esas calorías de más.
Además a través de los licuados podéis conseguir añadir vitaminas y antioxidantes, que son muy importantes para mantener los niveles de energía cuando estáis haciendo una dieta.
3. Té sin azúcar:
Ya sea verde, blanco o una infusión de rooibos. Lo importante es que evitéis el azúcar y que recordéis que por muy de moda que esté el té helado, en caliente es más saciante.
4. Café negro:
Está lleno de antioxidantes y cafeína que te va a ayudar muchísimo a frenar el hambre. Además es un desayuno estupendo ya que te va a mantener despierta en el trabajo, y, créeme te va a cambiar la vida.
5. Leche desnatada:
Supongo que estarás haciendo ejercicio, así que lo mejor que puedes tomar al volver a casa es un vaso de leche desnatada. Tiene proteínas, que te van a ayudar a crear músculo, además de vitamina D y calcio