La empresa que espera llevar la cerveza a cada hogar de quien se suscriba al servicio, no tiene los fondos para desarrollar tremenda inversión y obra de ingeniería, por lo que comenzó una campaña de recaudación de fondos hace un tiempo atrás, cuatro años para ser específicos, dicha campaña ha logrado lo inesperado, se tienen los fondos para desarrollar el proyecto en su tubería principal a cambio de recibir cerveza de la marca todos los días de la vida de quien aporte con una donación.
«Hay que estar un poco loco, como la cerveza, para un proyecto así. Simplemente tenía el dinero para ello y me gustaba. De modo que me volví loco y di el dinero a la cervecera», comentó Philippe Le Loup, propietario de un restaurante local y que donó unos 11.000 dólares para la tubería sin pensarlo más.
La idea al principio es evitar que camiones llenos de cervezas crucen la ciudad transportando la cerveza desde la fábrica hasta la embotelladora, por lo que se construirá la tubería principal y en una segunda etapa se espera conectar grifos que conecten las casas de los suscritos al servicio de «cerveza en su hogar».
Llenar la tubería de grifos para que se sirvieran los clientes sin salir de casa era demasiado utópico incluso para Vanneste, que en cambio propuso una garantía de bebida para los patrocinadores.
«Tenemos varias fórmulas: bronce, plata y oro», dijo. «Si uno pone por ejemplo 7.500 euros (8.350 dólares), recibirá durante el resto de su vida, todos los días, una botella de Brugse Zot».
La oferta fue difícil de rechazar, y en torno al 10% de los 4 millones de euros (4,5 millones de dólares) de inversión para la tubería se ha financiado con micromecenazgo.
Ahora, el cervecero espera tener lo mejor de dos mundos: una fábrica de cerveza histórica en el sitio donde debe estar y una forma de transportar su producto a la embotelladora que respeta el medioambiente y le permite seguir creciendo.