En los 90, cuando su trabajo consistía en ser testaferro del Cartel de Juárez en la Argentina, Hugo Menéndez (por entonces un cuarentón con cierta pinta de ejecutivo) usaba una identidad falsa. Algún que otro problema penal y un Veraz poco favorable lo obligaron a trabajar para los narcos mexicanos con un “alias”. Así, en las sociedades fundadas para crear un emporio millonario de campos y propiedades en Mar del Plata aparecía como Ramón Alberto Santillán. Pero su engaño no fue muy lejos. Lo descubrieron, como al resto de la banda, a fines de 1999. En lo que fue el primer narcoescándalo de nuestro país, Menéndez fue detenido y procesado por manejar inversiones del capo mexicano Amado Carrillo Fuentes, conocido como “El Señor de los Cielos” por la cantidad de droga que enviaba a los Estados Unidos en avionetas. Sin embargo, las acusaciones formales no le impidieron hacerse humo en 2008. Al quedar “rebelde” se ordenó su captura nacional e internacional. Y, como estaba prófugo, no figuró en el juicio penal abreviado que la Justicia Federal de Capital firmó hace pocas semanas con los siete acusados que siguen vivos. Pero al parecer –aún prófugo y con su cara en la página de los delincuentes buscados por Interpol– Menéndez no se hizo mucho problema y vivió sin esconderse en su Tucumán natal. Allí cayó detenido el viernes a las 10.30 mientras caminaba rumbo a su casa, donde lo encontró la Policía Federal. Si hubiera tomado algún recaudo extra, en menos de dos meses, el 24 de octubre próximo, la causa hubiera prescripto para él por el simple paso del tiempo. Aunque además del pedido de la Justicia argentina tenía una “circular roja” relacionada con el operativo de la DEA norteamericana que dio origen a la causa local, una operación que se llamó “Casablanca”. Menéndez fue detenido en la ciudad de Tucumán, adonde había vivido en los últimos años y donde entre fines de 2015 y principios de 2016 se sintió lo suficientemente seguro como para fundar tres empresas con su verdadero nombre, apellido y DNI. De acuerdo al Boletín Oficial, el 9 de diciembre pasado se registró como integrante de la SRL “Los 2 EME”, dedicada a la “gastronomía integral, servicios de lunch y catering”, con posibilidad de realizar operaciones financieras tales como otorgar préstamos. Ya en mayo de este año, Menéndez aparece creando “Servino SRL”, dedicada a la construcción y, poco después, en junio, fundando la “Compañía de Servicios SRL”, del mismo rubro. Todo esto, además, con un perfil de monotributista de aportes impecables con varios domicilios legales en Tucumán, lo que le dio bastantes pistas a la Policía para empezar a rastrearlo cuando hace un mes la Justicia Federal de Capital reforzó el reclamo por su captura. Eso y el hecho de que abriera una cuenta en un banco supuestamente para poder cobrar su jubilación de autónomo, mostró hasta qué punto el tucumano se movía a sus anchas en sus pagos. En los 90 Menéndez fue un hombre clave en el entramado de empresas de los narcos, al punto de que en 1997 asumió, con su nombre falso, la vicepresidencia de “Petrolera Mar del Plata”, empresa madre de las inversiones narco.
Cae un testaferro de cartel narco mexicano en Tucumán
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