Cae una familia por violar y descuartizar a un nene de 11 años en un ritual satánico
Un año y medio pasó desde aquel 31 de mayo de 2016 que Mario Agustín Salto (11) salió del colegio, pasó por su casa para agarrar la caña y se fue en bici a pescar a una laguna de Quimilí, en Santiago de Estero, a la que nunca llegaría. En el camino, lo secuestraron, lo sometieron a un ritual satánico donde lo violaron y descuartizaron y descartaron su cuerpo en bolsas como si fuera basura. Ahora, una directora de escuela, su marido, uno de sus hijos y otros dos hombres fueron detenidos y acusados de haber secuestrado, violado y descuartizado durante un ritual satánico a Marito, en una causa que en un año y medio va por su tercera jueza. Los rastrillajes con perros adiestrados fueron claves para el caso que algunos dan por «resuelto». Fue justamente la actual magistrada Rosa Falco de Rainieri quien le confió a la prensa que el chico «fue asesinado durante un ritual satánico» y que acusó de «violación seguida de muerte» a los cinco detenidos: Miguel Angel Jiménez (58), alias «El Brujo»; su hijo Miguel Angel (23), su esposa, Arminda Lucrecia Díaz (57), directora de la Escuela 1214 y docente del Profesorado Secundario para Adultos; el hijo de la mujer Alfredo Daniel Albarracín (22) y Pablo Ramírez (38), alias «El Loco», todos con residencia en Quimilí. Según la jueza Falco de Rainieri, en la casa de «El Brujo» Jiménez se encontraron «muchísimas evidencias» que permitieron «comenzar a aclarar la causa». Además, se conoció que el detenido participó de marchas en reclamo de Justicia por el crimen de Marito. De la investigación, que lleva un año y medio, participaron a pedido de la Justicia santiagueña efectivos de la policía de Río Negro, de San Luis y de la Policía Federal, quienes realizaron rastrillajes con perros adiestrados que señalaron la vivienda de los sospechosos. Allí, se descubrió un altar en el que se realizaban ritos satánicos. La última vez que vieron a Marito iba a pescar en bici. El 2 de junio de 2016, 48 horas después de su desaparición, su cuerpo fue hallado en varias bolsas de residuos a unos seis kilómetros de la laguna de Quimilí. Según los forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el nene fue violado y, tras ser colgado con un alambre, fue descuartizado con vida. Para la Justicia, el abuso y homicidio ocurrió en el marco de un rito satánico en la casa de la familia Jiménez, cuyo rastro marcaron los perros de la Unidad K9 de la Policía de San Luis y Río Negro. Una vez en la vivienda, los canes fueron directamente a la parte posterior, donde había algo parecido a a un altar. También se conoció que se secuestró un Fiat Palio color negro, en el que pudieron haber trasladado al nene tras su secuestro y en la casa de la profesora Díaz, un cuchillo que, se investiga, si pudo emplearse como arma homicida. «Gracias a Dios está todo resuelto, está cerrado el círculo, tenemos autores intelectuales, autores materiales. Hemos encontrado muchísimas evidencias que nos demuestran que Marito ha sido víctima de un crimen ritual, se puede afirmar», dijo la jueza del caso al diario El Liberal. Así, suman ya siete los detenidos. Los tres anteriores eran Rodolfo «Rody» Sequeira, acusado del secuestro del nene; David Tomás Sosa, quien inicialmente apareció en la causa como un testigo de «identidad reservada», y Ramón «Burra» Salvatierra, un peón rural de Quimilí, acusado de encubrimiento y con arresto domiciliario. Aunque se cree que podría haber más arrestos. (Fuente Télam)