Carles Puigdemont presidente de Cataluña

El independentista Carles Puigdemont fue elegido hoy presidente de Cataluña tras comprometerse a reactivar de inmediato el plan de secesión vetado por la Justicia para avanzar hacia la ruptura con España, lo que anticipa un nuevo choque con el Ejecutivo español de consecuencias imprevisibles en un momento de gran incertidumbre para el país. «Intentaré ser digno y estar a la altura de sus expectativas y esperanzas. Viva Cataluña libre», proclamó Puigdemont tras convertirse en el primer presidente independentista de Cataluña en la historia democrática reciente. «Los españoles pueden estar tranquilos. No permitiré que nadie se arroge poderes ilimitados y sin control. Voy a defender la soberanía que reside en el conjunto del pueblo español», respondió el presidente del gobierno español en funciones, el conservador Mariano Rajoy, desde La Moncloa, luego de escuchar a Puigdemont. Cataluña inicia «un proceso nada fácil y nada cómodo», en el que tenemos que poner «valor y coraje, pero no temeridad ni renuncias», aseguró Puigdemont en su discurso de investidura antes de ser elegido por mayoríaabsoluta, con el apoyo de 70 diputados del bloque independentista. Los 62 diputados del grupo independentista Junts pel Sí, vencedor en los comicios del pasado 27 de septiembre, más ocho diputados del partido anticapitalista CUP (Candidatura d’ Unitat Popular) votaron a su favor, gracias al acuerdo que en la víspera evitó que nuevas elecciones y que descarrilara todo el proceso de secesión. Otros dos de este último partido se abstuvieron, mientras los 63 diputados de los partidos contrarios a la independencia votaron en contra luego de denunciar la ilegalidad e ilegitimidad del plan que se proponen los secesionistas. Según defendió Puigdemont ante el parlamento, la creación de un Estado catalán es «un proceso imprescindible si queremos atender a las necesidades de nuestros ciudadanos». En ese sentido, aseguró que la declaración que marca el inicio del proceso independentista aprobada por el parlamento catalán el 9 de noviembre de 2015- y anulada por el Tribunal Constitucional español- sigue vigente. «Tenemos que empezar a caminar a la luz de la declaración del 9N para iniciar el proceso de constitución de un Estado independiente», subrayó, en referencia a esta iniciativa que llamaba al futuro gobierno a obedecer exclusivamente a las leyes del parlamento catalán y, por lo tanto, desobedecer las leyes españolas. «No son tiempos para cobardes ni para los que les tiemblan las piernas. Nos toca asumir responsabilidades», apuntó el dirigente independentista, quien se presentó como el presidente entre la “postautonomía y de la preindependencia”. «Tenemos un trabajo ingente, sin dilación y sin miedo», insistió Puigdemont, elegido por el ya ex presidente catalán y principal ideólogo del plan de secesión, Artur Mas, para ocupar su lugar en el marco de un acuerdo alcanzado «in extremis» con la CUP que evitó elecciones y permitió dar un nuevo impulso al desafío independentista. «Les prometo que me dejaré la piel», añadió el dirigente que se ha convertido en la nueva cara del independentismo catalán. Además se comprometió a negociar con el Estado español y las autoridades europeas. Puigdemont enumeró los objetivos de su gobierno marcados por el plan de secesión de Mas, comenzando por ampliar la bases social del independentismo. Luego, el diseño y «puesta a punto» de las Estructuras del futuro Estado, la tramitación de la ley para abrir un proceso constituyente, las leyes de transición, y la «internacionalización del proceso». A pocas horas de que venciera el plazo para convocar elecciones de forma automática esta medianoche, Puigdemont abrió su discurso de investidura pidiendo «perdón» a los ciudadanos catalanes por las dilatadas negociaciones que desembocaron en su designación pero agradeció asimismo a los artífices del acuerdo por haber perseverado.