Carolina Marín, ganadora de la medalla de oro por Bádminton, utilizó un método poco ortodoxo para conseguir la tan ansiada presea de oro. La española se volvió insoportable para cualquiera de sus oponentes, ella lo sabía y ése era su objetivo. «Tienes que demostrar que no te vas a rendir para que no piensen que te pueden vencer, para ponerlos nerviosos», aseguró Carolina Marín. En la semifinal, se topó con la china Li Xuerui. Allí admitió: «Siempre analizo a mi rival. Por ejemplo, a las chinas les influye mucho cuando les gritas, porque ven que sigues ahí luchando, que no te rindes. Si no lo haces, piensan que estás apagada y se refuerzan». La polémica estrategia causó un gran malestar, cuando pasó de celebrar sus propios puntos a festejar los errores ajenos. Es así que Marín no cambió su actitud y se convirtió en la primera medallista de oro en bádminton femenino no asiática de toda la historia olímpica.
Carolina Marín: la deportista olímpica más detestable
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