Mariano Otálora
@OtaloraM
En un país con reglas tan poco claras y crisis recurrentes, ¿qué futuro podemos proyectar? Es comprensible que muchos prefieran consumir en lugar de invertir. Pero no pensar en el futuro tiene altos costos: cuando se quiera revertir la situación, seguramente ya será demasiado tarde.
Los argumentos que consideramos –y justificamos– para no planificar deberían ser el principal motor para decidir hacer algo. Las estadísticas son contundentes: más del 90 por ciento de las personas dependen de la jubilación para vivir pero, como no les alcanza, necesitan la ayuda de familiares o amigos. Ese dato se vincula con cierta tendencia a ser excesivamente optimistas a futuro, confiando que se ahorrará mayor cantidad de dinero del que realmente se logra juntar. Entonces, hay que dos cuestiones que conviene asumir: debemos prepararnos para la jubilación (o el retiro anticipado involuntario) y entender que el momento es ahora.
Cuanto más alejados estemos del momento de colgar los guantes, más tenemos que ocuparnos. En números: u$s 100 por mes invertidos a una tasa del 8 por ciento anual representarán, en 40 años, u$s 349 mil; pero una persona a la que le faltan 10 años para jubilarse –y que quiera obtener el mismo capital– debería invertir alrededor de u$s 2 mil mensuales. Conclusión: no importa la edad pero, cuanto antes uno comience a construir su patrimonio futuro, mucho mejor.
Dólares: Los argentinos tenemos la mala costumbre de guardar dólares por mucho tiempo, sin tener en cuenta que la inflación impacta tanto en los verdes como en los pesos. Está bien refugiarse en la divisa estadounidense, pero hay que invertir: u$s 10 mil guardados en una caja de seguridad por 10 años, con una inflación en dólares del 2 por ciento anual, reduce el poder de compra a u$s 8.200.
Mercado de capitales: Quedarse afuera de la inversión en títulos públicos y acciones sería un pecado imperdonable. Si invirtiera $ 10 mil (menos de u$s 900) en el Bono AY24 –el mismo que recibió Repsol como compensación por YPF–, en 6 años estaría recuperando la inversión y, en un plazo total de 10 años, estaría recibiendo u$s 1.800. Pocas inversiones en el mundo permiten ganar cerca de un 12 por ciento anual en dólares y, además, la posibilidad de salir de la inversión –en dólares vía dólar MEP– en cualquier momento. En caso de que tuviera u$s 10 mil y quisiera invertirlos en el mismo Bono AY24D, en 10 años obtendría un capital de u$s 19.300. ¡Nada mal! Y, de resolverse el conflicto con los fondos buitre, los rendimientos de los bonos bajarían pero seguirían siendo atractivos. Los bonos en dólares son otra opción que podría reemplazar, por ejemplo, la compra de una propiedad y el cobro de una renta: se puede armar una cartera con diferentes vencimientos y obtener una renta en dólares (pago de cupón) superior al rendimiento de un alquiler en pesos. En el caso de las acciones, invertir en YPF, Tenaris o Banco de Galicia, con una visión de largo plazo, es una excelente opción. Se puede comenzar a operar con $ 3 mil. Como referencia, desde 2003 a la fecha, el índice Merval rindió por encima del 1.400 por ciento. El rendimiento de los bonos argentinos y el valor atrasado de las acciones argentinas son una gran oportunidad.
Fondos comunes: Quienes no se sientan seguros de invertir directamente en acciones y bonos pueden hacerlo a través de los fondos comunes de inversión, que son administrados por un experto que elige la mejor estrategia para alcanzar el máximo rendimiento. Se puede arrancar con $ 1.000 y también se podrían comprar cuotas parte todos los meses. Para el largo plazo, lo ideal es buscar un fondo que invierta en renta fija y variable (bonos y acciones). Por ejemplo, el fondo común de Consultatio Renta Variable invierte en acciones y renta fija argentina con acciones estadounidenses se puede operar directamente online).
Seguros de retiro: Ideal para aquellos a quienes les cuesta ahorrar porque, a través del débito automático de la tarjeta de crédito, pueden construir un capital en el tiempo sin darse cuenta. Es decir: un gasto en tarjeta se transforma en una inversión. Hay varios sistemas: aquellos en los que se aporta una pequeña suma mensual o los que requieren un aporte inicial más sumas mensuales. Dos ejemplos: el Plan Futuro de San Cristóbal Seguros de Retiro, con un aporte de $ 400 por mes a una tasa proyectada del 18 por ciento, permite alcanzar un fondo de $ 3.860.272 luego de 30 años de aporte; mientras que el Plan Inversor, con un aporte inicial de $ 5 mil y cuotas mensuales de $ 1.000, a una tasa del 18 por ciento, deriva en un fondo a 10 años de $ 332.250. Lo interesante de los seguros de retiro es que están exentos del impuesto a los Bienes Personales. Estrategias para alcanzar nuestros objetivos de largo plazo, hay muchas. Basta convencerse de que invertir en la Argentina no es una misión imposible, sino una oportunidad.
* Director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales. www.salirdelcolchon.com.ar
La edición original de este artículo está publicada en la edición de Julio de la revista Clase Ejecutiva que puede adquirirse en los kioscos.