Comer en el trabajo no siempre es sinónimo de comida rápida (o chatarra). En muchos casos, cuando se les pregunta a las personas qué comen en la oficina, la primera imagen que se viene a la mente es la de sándwiches, pizzas o empanadas. Pero no siempre es así.
Según un estudio realizado durante los meses de junio y julio del año pasado a 200 empleados de oficina, que en ese lapso consumieron en total 6.211 raciones de alimentos, la opción elegida por una de cada cuatro personas fue pollo.
«Dentro del servicio gastronómico que recibió la empresa, las alternativas ofrecidas eran carnes de distinto tipo (vacuna, pollo y pescado), distintas ensaladas, sándwiches, pastas con diversas salsas, variadas tartas y platos fríos», explica Nicolás Peria, socio de Gama Gourmet.
Si bien en el imaginario social, se asocian las horas laborales con el consumo de harinas y calorías, muchas empresas ya piensan en comedores con opciones de menúes saludables (vegetarianos, macros y de bajo nivel calórico, entre otros).
En la investigación realizada, el segundo y tercer lugar lo ocupan la carne vacuna (1242 porciones) y las ensaladas (1299). Entre ambas, representaron el 49.41%. Escalones por debajo aparecen aparecen las pastas con salsas y las tartas.
Los platos fríos fueron pedidos en menor cantidad de ocasiones y los sándwiches se ubicaron en el penúltimo lugar, por encima del pescado (0,57% de los pedidos).
Alimentación saludable. El cuidado de la salud es cada vez más importante entre las personas y la alimentación es un punto fuerte en este aspecto. El estudio realizado indica que, aún en invierno, el personal de oficina cuida su alimentación y desmiente el mito que asocia el trabajo de oficina con un mayor consumo de calorías y «comida chatarra».
Si bien, los nutricionistas y médicos laborales siguen impulsando el consumo diario y variado de frutas, lácteos y hortalizas, las costumbres adquiridas, la urgencia del día a día y los costos mas accesibles de la comida rápida, hacen que la comida suministrada por la empresa pueda ser la única oportunidad de la que disponen los trabajadores para consumir una alimentación equilibrada.
Para las organizaciones, atender a este concepto puede producir varios efectos positivos: reducir el ausentismo; mejorar la salud en general de los empleados, y comunicar al personal mediante acciones concretas que se preocupa por su bienestar.
Mala alimentación, bajo rendimiento
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la mala alimentación en el trabajo puede causar pérdidas de hasta el 20% en la productividad. Esto puede deberse tanto a la desnutrición por falta de calorías, vitaminas y minerales como a la obesidad y sobrepeso producidos por el exceso de alimentos y una vida sedentaria.No cabe duda de que si el personal se alimenta de una manera más equilibrada, se sentirá mejor y probablemente será más productivo. Teniendo en cuenta la cantidad de horas que los empleados permanecen en un mismo ámbito, el lugar de trabajo resulta el espacio ideal para implementar propuestas para una mejor alimentación.
El podio de la alimentación
1. Pollo
2. Carne vacuna
3. Ensaladas
Distintas opciones calóricas
1. 150 calorías.
Ensalada con tiritas de pollo o atún
Gaseosa light
Yogur descremado con frutas
2. 290 calorías.
Un sándwich de pan árabe integral de tomate, jamón y queso magro
Gaseosa light
Ensalada de frutas
3. 320 calorías.
Una porción de tarta de verduras
Jugo light
1 helado de agua o de crema (light)
4. 400 calorías.
Dos empanadas (atún, verduras, tomate y queso magro)
Agua saborizada light
Mousse light
Por Gabriela Martín
Fuente: http://www.diaadia.com.ar/tu-salud/que-come-la-gente-en-la-oficina