¿Sabías que 2 de cada 10 estudiantes en el mundo sufren bullying? Esto representa aproximadamente 246 millones de jóvenes. Sin embargo, estos números podrían estar lejos de la realidad, principalmente porque muchos niños y adolescentes víctimas de acoso psicológico, verbal, físico o social, no lo mencionan por temor.
En vista de la situación antes planteada, es necesario que conozcas las mejores estrategias para apoyar emocionalmente a tu hijo si sufre de bullying. De esta manera, puedes motivarlo a seguir adelante en su vida, pese a las dificultades sociales.
Dinámica entre el acosador y la víctima
Generalmente, quienes sufren de bullying tienen varias características distintivas, entre las que destacan la timidez, inhibición, y contra lo que algunos piensan, sociabilidad. Aunque esto último puede parecer extraño, las víctimas suelen ser generosas y sensibles, pero se asustan ante el acosador.
Ahora bien, el acosador suele caracterizarse por presentar rasgos de personalidad antidemocrática, es decir, la única opinión que cuenta es la suya. Estos problemas de conducta ocurren por la carencia de habilidades socioemocionales, problemas psicológicos, mala educación en el hogar, formación de antivalores, entre otros.
Por lo general, el bullying suele llevarse a cabo en espacios donde los acosadores se sienten impunes y en algunos casos están en presencia de otros individuos que les motivan en su objetivo. Además, aunque la víctima intente escabullirse de su acosador, dicha actitud suele incitar a una mayor violencia, que puede producirse en forma de amenazas y hostigamiento.
Estrategias de ayuda emocional
En vista de la gran somatización que puede presentar tu hijo por ser una víctima de acoso, es importante que como representante estés atento a las pocas características expresivas de este, y puedes colaborar de la siguiente forma:
1. Hazle saber que no debe avergonzarse
Debes hacerle saber a tu hijo que no tiene por qué avergonzarse. Por ello, tienes que ofrecerle toda la confianza necesaria para que deje de sentir temor al rechazo. Una forma de hacerlo, es hacerle entender que no es la única persona que ha pasado por dicha situación y que no tiene por qué sentirse mal por eso.
Es importante que hagas énfasis en que el problema radica en el abusador, debido a dificultades conductuales o trastornos psicológicos que lo hacen ser así.
2. Escúchalo atentamente y trate de indagar más
Si tu hijo relata un episodio de cualquier tipo de abuso, aunque suene suave y mínimo, debe hacer saltar las alarmas para detectar posible bullying tanto en la escuela como en cualquier otro lugar. Cuando un joven se expresa sobre el bullying, suele minimizar el abuso, por ello, es probable que exista mucho más que el relato inicial. Porque como habíamos comentado antes, tiene temor por su acosador.
Debes hacerle saber que no está solo, que cuenta con tu apoyo para solucionar juntos cualquier problema. A medida que el joven se sienta seguro, es probable que pueda contar más, para que puedan alcanzar una solución adecuada.
3. Ayúdalo a combatir la sensación de culpabilidad
Generalmente los jóvenes que sufren acoso en el colegio o cualquier otro lugar, suelen desarrollar un intenso sentido de culpa, porque piensan que no son capaces de defenderse y por esto sufren del bullying. Es primordial que le hagas entender que se trata de un pensamiento equivocado.
También es importante que entienda que la solución no es ocasionar más violencia. En este caso, se debe hablar directamente con los responsables de los otros jóvenes o autoridades respectivas, si se trata de un colegio, para llegar a una solución conjunta. Si esta forma no funciona, debes realizar una denuncia formal.