Llevar el color adecuado mejora la apariencia general de cualquier persona, favoreciendo sus rasgos. Pero no siempre se está al tanto de cuáles son los colores más adecuados para cada uno.
El pintor expresionista suizo Johannes Itten (1888-1967) fue pionero en el estudio del color y el individuo, cuando se dio cuenta de que sus estudiantes dibujaban las mismas escenas del taller de pintura con muy distinto resultado. Descubrió que los estudiantes que usaban tonos más cálidos eran los que tenían la piel más dorada y los ojos más castaños.
Los estudiantes con piel más rosada, pelo más ceniza y ojos azules- instintivamente se decantaban por los tonos más fríos al pintar. Itten dedujo que veían el exterior como una extensión de sí mismos.
Para descubrir si nuestra piel tiene un tono frío o cálido, lo más sencillo es mirarse al espejo con dos telas distintas bajo el rostro: una blanca y después, otra de color hueso o beige. Sin maquillaje ni joyas, con el cabello despejado, se acerca el tejido más blanco a la cara: si los ojos y el rostro se ven iluminados con él, es probable que nuestros tonos básicos sean fríos. Si al repetir el ejercicio con un tejido en tono beige se comprueba que es éste el que ilumina ojos y cara, se trata de una complexión cálida.
Las personas de complexión cálida, suelen tener el cabello cobrizo, caoba, pelirrojo o tierra oscuro. Sus ojos serán marrones, miel o verdes hoja. La piel tenderá a ser beige, amarilla, melocotón, marfil, dorada o incluso con pecas.
Aquellos con una complexión en tonos fríos, probablemente tendrán el cabello o bien negro-marrón oscuro, o rubio tirando a ceniza. Sus ojos serían marrón oscuro, verde oscuro o azul y su piel o bien oscura o, al contrario, rosada y pálida.
Ir de compras y acertar, resulta más sencillo teniendo en cuenta nuestro color base. Las prendas de los colores que mejor sientan se convierten inmediatamente y de modo instintivo en nuestras favoritas. Incluso coordinarlas entre si es más sencillo si todas tienen tonalidades comunes.
Es curioso el caso de las prendas y accesorios en tonos metálicos: las personas de complexión en tonos cálidos, se verán favorecidas por los vestidos y las joyas doradas, mientras que a aquellas con una complexión más fría, les sentarán mejor los tonos plata.
Los tonos de piel cálidos, con una base amarilla, se ven especialmente favorecidos por los colores otoñales: dorados, marrones, khakis, terracota, beige o rojos anaranjados.
Aquellas personas con tono de piel más frio, estarán mejor con los tonos invernales: el color de la nieve, el azul cielo, el azul ultramar, los morados, grises, rosados y blancos. Estos colores sirven para seleccionar los tonos más adecuados de vestido, pero también se aplican a la elección de maquillaje, bolsos, zapatos y joyas.
El color de los ojos es también un factor importante a la hora de elegir ropa, especialmente si se tienen azules o verdes. Las prendas en tonos de estos colores destacarán la mirada. A las personas con ojos azules, el azul –en cualquiera de sus variedades- les suele ir mejor que ningún otro tono. Aquellos con ojos verdes, estarán especialmente favorecidos utilizando tonos verdes, aunque también usando colores morados, que destacarán el verde de las pupilas. Experimentando con distintos colores, es sencillo descubrir como estar favorecido y simplificar la elección de prendas para el guardarropa.
Fuente: http://www.abc.es/estilo/moda/20150501/abci-colores-ropa-favoreces-201504301417.html
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