Érase una vez un hombre que logró ganar la lotería 14 veces usando una fórmula matemática ideada por él mismo.Ganó una lotería en Rumania, 12 en Australia y un premio mayor en Virginia, EEUU.
Se llama Stefan Mandel, y es un economista y matemático nacido en la antigua república socialista de Rumania.
Soñando con huir del paraíso socialista, Mandel ideó una fórmula que le permitía conjeturar la combinación de 5 números con más posibilidades de ganar en una lotería con números del 1 al 40. El sexto número lo escogía al azar.
Ganó el premio en su país y se radicó en Australia, donde puso en práctica una fórmula similar, sobre la base de calcular el número total de combinaciones posibles y buscar loterías con un margen ganador de al menos tres veces la cantidad de combinaciones.
Debido a la inmensidad de combinaciones posibles en la lotería australiana, Mandel comenzó a buscar inversionistas, con la intención de comprar la mayor cantidad posible de boletos para cada sorteo mayor.
Con cinco de seis números calculados a través de su sistema, la cantidad de combinaciones se volvió finita, y comenzó a centrarse en los principales premios que ofrecen más dinero.
Con esto, esperaba comprar todas las opciones de boletos disponibles, lo cual era una forma bastante segura de ganar el premio gordo.
Después de 12 victorias, las autoridades australianas comenzaron a investigarlo. Primero limitaron el número de boletos que una persona puede comprar y luego -cuando Mandel buscó cinco socios- prohibieron que grupos de personas adquirieran los boletos.
Mandel, persistente, creó una firma de lotería. Finalmente, el hombre se interesó en Estados Unidos, en particular en la lotería del estado de Virginia.
En 1992, el premio mayor ascendió a 27 millones. Había 7.1 millones de combinaciones de números posibles y los boletos tenían un precio de solo un dólar cada uno. Mandel convenció a 2,500 inversionistas australianos de juntar 2,500 cada uno. Su equipo adquirió prácticamente todos los boletos en venta, ya que en esa época se podían imprimir y presentar, además de comprar a distancia.
“Imprimieron los 7,1 millones de boletos en Australia, se pagó 60,000 dólares para enviarlos a los EEUU. Y negociaron compras a granel con supermercados de toda Virginia sobre cómo podrían enviar cheques de cajero para comprar decenas de miles de boletos de lotería”, explicó el experto en asuntos financieros de NPR Alex Goldmark, quien entrevistó hace unos años a Mandel.
Por supuesto, ganaron el premio.
Entonces sobrevino una intensa investigación del FBI y la CIA. En 1995, Mandel se declaró en bancarrota.
Pero la táctica del matemático rumano ya no se puede aplicar. “El número de combinaciones ha crecido demasiado, no podrías imprimir los boletos, no podrías comprarlos a tiempo y probablemente ni siquiera podrías hacer los cálculos matemáticos para resolverlo sin cometer un error”, comentó Goldmark.
La lotería de Virginia en 1992 fue su última gran victoria, pero no su último intento. Cuando intentaba su fórmula en Israel, fue declarado culpable de fraude y pasó 20 meses tras las rejas.
Tras su liberación, se radicó Vanuatu, una isla tranquila en la costa australiana, donde vive desde entonces.