El bullying es una problemática que parece actual, pero existe desde siempre y, lamentablemente, una y otra vez vuelve a ser noticia. En Argentina la problemática creció en los últimos años generando gran preocupación, y en otros países del mundo las estadísticas son abrumadoras: 7 de cada 10 niñas/os y adolescentes mexicanos sufren todos los días algún de tipo de acoso, 6 de cada 10 niñas/os y adolescentes estadounidenses sufren acoso escolar.
Estamos próximos a los inicios de un nuevo ciclo escolar y aquí compartimos pautas para estar atentos y trabajar entre todos en la prevención y detección de estos casos.
¿Qué es el bullying? bullying o acoso escolar es toda intimidación o agresión física, psicológica o sexual contra una persona en edad escolar en forma reiterada de manera tal que causa daño, temor y/o tristeza en la víctima o en un grupo de víctimas. Que una/un niña/o sufra bullying puede tener consecuencias, tales como depresión, violencia, drogas e, incluso, suicidio.
Desde la familia es necesario estar atentos a los cambios de comportamientos de nuestras/os hijas/os y mantener una buena comunicación con la institución escolar. Compartimos algunos síntomas que nos pueden alertar:
- Falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, irritabilidad o estar cada vez más retraído/a y pasivo/a
- No quiere ir al colegio, ni juntarse con amistades. Falta al colegio de forma frecuente.
- Puede tener dificultades para dormir, sufrir insomnio o padecer de pesadillas.
- Se la/o ve triste, llora y tiene miedo a estar sola/o.
- Cambios en el rendimiento escolar, se lo ve distraído/a con falta de atención, desconcentrado/a.
Que acciones podemos adoptar si estamos frente a un caso de bullying:
- El diálogo es una gran herramienta con la que podemos contar.
- No minimizar la situación refiriéndose “a que son cosas de chicos/a”.
- Estar atento/a a cualquier acto de violencia, no permitirlas, comunicar la postura de NO A LA VIOLENCIA y solidarizarnos con las víctimas.
- Trabajar en reforzar la autoestima y brindar nuestro apoyo.
- Participar: implicar al grupo de compañeras/os a ayudar a la víctima.
- Fomentar la empatía hacia quien lo está sufriendo.
- Mantener fluida la comunicación entre familias y la comunidad escolar.
- Proporcionar más herramientas a nuestras/os niñas/os para afrontar y resolver conflictos, tales como el asertividad y la expresión de sentimientos.
Desde el counseling invitamos a reflexionar sobre nuestro rol en la problemática, que aportes podemos realizar desde nuestro lugar y que acciones podemos tomar si nos encontramos transitando esta situación.
Karina Raffetto
Integrante del Equipo de Difusión
Asociación Argentina de Counselors