Tarta de zapallitos, tarta de choclo, tarta de acelga… En Argentina se ha creado una página web especializada en compartir con el resto del mundo las diferentes recetas de estos postres con formato de tarta. Una web que recopìla un recetario online de tartas bastante amplio, que pretende explicar cómo preparar auténticas delicias típicas de Argentina.
Cómo preparar rosquitas, tartas y otros dulces argentinos no tendrá ningún secreto siguiendo los consejos de esta página. Los fanáticos de los dulces pueden echar una mirada a vadetartas.com para aprender a preparar deliciosas tartas de todos los sabores.
Para empezar, expliquemos que los zapatillos son unas hortalizas de temporada muy típicas de Argentina y Uruguay. Como no se pueden almacenar y no resisten las heladas, los zapatillos se cultivan en verano, en las zonas cercanas a sus lugares de consumos. Como curiosidad, cabe destacar que es una hortaliza cuyo uso se remonta a tiempos precolombinos, lo que supone una larga tradición y arraigo en estos países.
El choclo es la mazorca de maíz en todos sus formatos (verde, maduro, seco). El maíz tierno es el más utilizado para preparar diferentes platos, como el pastel de carne y choclo.
En https://comococer.com/recetas-thermomix/ se pueden encontrar multitud de recetas de dulces preparados en el robot de cocina thermomix.
Las rosquillas argentinas, como las madrileñas de España
Para los amantes de las rosquillas, pasamos a explicar cómo las preparan algunos de los chefs argentinos de mayor prestigio.
Ingredientes para las rosquillas de almendras (rosquillas argentinas). Los principales son: medio kilo de harina de fuerza, una cucharada de sal, una cucharada de azúcar, ciento cincuenta mililitros de leche. Veinte gramos de levadura de panadería, un huevo, cien gramos de mantequilla en pomada, un chorrito de esencia de vainilla.
Para la pasta de almendras, trescientos gramos de almendras en polvo, cien gramos de azúcar, un chorrito de brandy, un chorrito de agua.
Para el glaseado, cien gramos de azúcar glas, una cucharada de agua y chocolate fundido.
Preparación de las rosquillas
Las rosquillas son un dulce horneado o frito, con forma de rosca. En España son típicas en la festividad de San Isidro, en Madrid.
El primer paso es precalentar el horno a ciento ochenta grados centígrados. Mientras, echamos el medio kilogramo de harina de fuerza en un bol amplio y las mezclamos con una cucharada de sal y una cucharada de azúcar. La mezcla resultante la dejamos en una superficie plana, haciendo un hueco en el centro. En este huevo echamos ciento cincuenta mililitros de leche, veinte gramos de levadura de panadería, un huevo, los cien gramos de mantequilla en pomada y el chorrito de esencia de vainilla.
Todo lo mezclamos muy bien y lo amasamos haciendo movimientos circulares, hasta que la masa quede uniforme y suave. Una vez logrado esto, la dejamos reposar, tapada, a temperatura ambiente. Esperamos a que de esta manera la masa resultante doble su tamaño. Entonces llega el momento de estirar la masa y darla forma de dos rectángulos.
La pasta de almendras
Mezclamos los trescientos gramos de almendras en polvo con los cien gramos de azúcar, un chorrito de brandy y un chorrito de agua. Tenemos que lograr el resultado de una crema que sea uniforme y espesa. Esta masa la untamos con forma de rectángulo con la crema de almendras y cerramos con la otra mitad de la masa. Cortamos todos en bastones, que doblamos girándolos sobre sí mismos y uniendo las dos puntas. Así se forman las rosquillas.
Ponemos los bastones en una placa del horno, ya calentado, con papel sulfurizado, y dejamos que aumenten su tamaño durante una hora, aproximadamente, en un lugar cálido. Pasado este tiempo, introducimos la placa con las rosquillas en el horno y horneamos a ciento ochenta grados centígrados durante unos veinte minutos, o bien hasta que se doren. Después retiramos la placa del horno y lo dejamos enfriar todo.
El glaseado
Es el último paso. Mezclamos los cien gramos de azúcar glass con una cucharada de agua, y lo vertemos sobre las rosquillas cuando estén ya frías, junto al chocolate fundido, creando hilos.
Una vez hecho esto, sólo queda una cosa por hacer: degustarlas.