La crisis política desatada por el caso Nisman obligó a los funcionarios a concentrar esfuerzos en evitar el desgaste en la imagen del oficialismo y a retrasar cualquier avance en la agenda económica.
Sin embargo, a medida que van quedando atrás los coletazos del 18F, el Gobierno está decidido a recuperar la iniciativa en un terreno que, sabe, siempre genera réditos: el del consumo. Más aun cuando se está en la cuenta regresiva de las elecciones presidenciales.
Desde la consultora Ecolatina estiman que, de cara al resto del año, «el consumo podrá crecer, producto de diversos estímulos estatales, como una aceleración del gasto, a través del empleo público o los planes sociales; y un dólar cuasi fijo para apuntalar el ingreso de las familias».
Sin embargo, esto de por sí sólo no será suficiente para propiciar un boom de compras como el que aspira a lograr el kirchnerismo.
Para el Gobierno, apuntalar la «buena onda» en el electorado es fundamental si es que quiere darle un espaldarazo al candidato que se perfile como sucesor o garante del modelo K.
Pero el Ejecutivo se juega algo más: busca ponerle un cierre a un ciclo que se extendió por más de una década con un ritmo de consumo «a full», sólo «manchado» por el 2014, de modo de refrendar un discurso que durante toda la era se basó en conceptos como la redistribución de la riqueza y la mejora de los indicadores sociales.
Con este objetivo en mente, el Ministerio de Economía y la Secretaría de Energía están ultimando detalles para lanzar en los próximos días un ambicioso «plan canje» con el que buscan reactivar la producción y venta de electrodomésticos, a la vez de generar un efecto derrame en toda la cadena industrial que abarca el rubro de línea blanca.
La idea del plan, bautizado «Renovate», había circulado hace unas semanas. Pero la crisis desatada por el caso Nisman obligó a Cristina Kirchner a «cajonear» momentáneamente la iniciativa.
Sin embargo, a partir de la semana pasada, el Gobierno volvió a convocar a los jugadores de las dos patas que conforman esta acción -es decir, fabricantes y grandes cadenas de retail-, para así reactivar el plan y poder presentarlo en sociedad lo antes posible.
«En los últimos días tuvimos una serie de reuniones con un equipo técnico para terminar de pulir los detalles», aseguraron desde la gerencia comercial de uno de los mayores retailers del país.
En tanto, desde una de las principales cámaras de línea blanca, confirmaron a este medio que también están definiendo la «letra chica» para que la iniciativa haga su debut en cuestión de días.
«En el último encuentro, a los socios que conforman la cámara les pidieron que presenten distintos modelos de los electrodomésticos que van a formar parte del plan y muchos ya enviaron sus propuestas», confirmó un directivo que pidió off the record, ante la presión del Gobierno para que no se filtraran los detalles.
Cómo funcionará la iniciativa
En primer lugar, «Renovate» abarcará tres líneas de productos: heladeras, lavarropas y equipos de aire acondicionado. El punto en común es que todos estos tendrán precios bonificados y serán eficientes en términos de consumo eléctrico, conocidos como «Clase A».
Otro detalle clave es que funcionará como un «plan canje», dado que para que los interesados puedan acceder a la bonificación deberán entregar previamente sus equipos usados, los cuales deberán estar funcionando.
El objetivo oficial no es únicamente impulsar las ventas y la producción del sector electro -que fue de los más golpeados el año pasado-, sino también avanzar en un nuevo frente para contribuir a reducir el consumo eléctrico.
De hecho, los aparatos que conforman esta iniciativa son los que más influyen en la factura de luz de los hogares.
Este será el circuito que habrá que transitar:
– En primer lugar, el interesado deberá acceder a una página web y seleccionar el producto que desee adquirir.
– Luego, deberá completar un formulario online, en el cual deberá consignar datos sobre el equipo usado que entregará para poder acceder al descuento especial. Dichos datos incluyen marca, modelo y estado de funcionamiento.
– Si una persona quiere comprar una heladera, deberá entregar un equipo similar, no pudiendo reemplazarlo por un lavarropas o un equipo de aire acondicionado.
– El registro se habilitará en una de las páginas de la Secretaría de Energía (http://www.elclimalohacesvos.gob.ar/), en la cual ahora sólo se brindan consejos para el ahorro de energía.
– Pero, para facilitar la llegada a un mayor público, también se estudia que los portales de Internet de los retailers brinden un acceso al formulario.
– Una vez completados todos los datos, el comprador deberá dirigirse a una sucursal de alguna de las casas de electrodomésticos para cerrar la operación y definir la fecha en que se realizará la entrega del producto.
– En un plazo no mayor a los diez días, el retail se hará cargo de retirar el equipo viejo en el domicilio del comprador y, a cambio, dejar la unidad nueva.
Todavía hay algunos detalles por pulir: por ejemplo, cómo evitar que la iniciativa se preste a «avivadas» y que los compradores, al momento de recibir el producto a estrenar, no entreguen su «electro» usado.
Para ello, se estudia incluir en el formulario una declaración jurada de que la heladera, el lavarropas o el aire acondicionado es propiedad del solicitante y que se encuentra en funcionamiento en su domicilio.
La cadena de retail será la encargada de la parte logística y de trasladar las unidades viejas a depósitos de desguace que pondrá en funcionamiento el Gobierno.
Sin embargo, no todos los artículos del hogar se destruirán. Pese a que uno de los ejes de la iniciativa es la de avanzar hacia una mayor eficiencia en el consumo de electricidad, algunos equipos serán reacondicionados y volverán al mercado.
«La idea es que una parte de los productos que se entreguen puedan ir a entidades de bien público. Es decir que este plan va a tener un costado benéfico», resaltó el responsable comercial consultado.
En cuanto al tipo de artículos que se ofrecerán en el plan Renovate, desde la cámara de línea blanca aseguraron que el Gobierno pidió que cada empresa participante seleccione al menos dos modelos: uno de baja gama y otra del segmento intermedio.
En el caso de las heladeras, «los fabricantes están poniendo a disposición de la iniciativa equipos con freezer y que figuran entre los más económicos. Nos pidieron que no se incluyan aquellos de alta gama, porque la idea no es apuntar a los sectores de mayores recursos».
Otro de los detalles que se está terminando de pulir es el «anzuelo» que terminará por captar el interés de los particulares. Es decir, de qué magnitud será la bonificación, una variable clave para definir el éxito de la iniciativa.
En primer lugar, el Gobierno dio la orden a los fabricantes que todos los productos que propongan para el «Renovate», lleguen con precios de fábrica al menos 10% más bajos que los vigentes, a lo que se sumará una rebaja extra.
En efecto, para lograr que la propuesta sea más tentadora, a ese incentivo que dan las empresas, los funcionarios quieren sumarle una quita por la entrega del equipo usado.
La misma sería, en principio, sería de un 20% y un 30%, diferencia de la que se hará cargo el Estado. Así, el producto nuevo terminará costando hasta un 40% menos que el precio original.
A ello se le adicionará un menú de cuotas, similar al que se ofrece con el plan «Ahora 12». Así, además del subsidio, los compradores podrán financiar la compra en 12 meses, si bien fuentes aseguraron a este medio que se negocia extender el plazo hasta los 18 meses.
Para garantizar que los empresarios actúen de buena fe y no ofrezcan descuentos «engañosos», la Secretaría de Comercio Interior desde el año pasado cuenta con información sensible que debieron entregar todas las fábricas, incluyendo estructuras de costos y valores de venta al público.
El impacto y el costo de la medida
El hecho de que el Gobierno esté apuntando a empujar la demanda de electrodomésticos no es casual: según la CAME, el año pasado fue uno de los sectores que más cayó, con una baja del orden del 8%:
«El rubro de los artículos del hogar fue de los más afectados por la retracción del consumo en 2014. La incertidumbre que prevaleció y los ruidos del mercado cambiario frenaron las compras de los bienes durables», destacaron desde la entidad.
Paralelamente, la elección de estos tres productos (heladeras, lavarropas y equipos de aire acondicionado) tampoco estuvo librada al azar.
A diferencia de los bienes informáticos -donde se registra una alta incidencia de componentes importados, de más del 95%- en los grandes electrodomésticos el contenido nacional va del 50% al 70%.
El resto está conformado básicamente por motores y placas electrónicas que no se fabrican en el país y necesariamente deben ser traídos del exterior.
En diálogo con iProfesional, el presidente de una de las compañías líderes en la fabricación de equipos de aire acondicionado, aseguró que «el objetivo que se maneja a nivel oficial es incrementar la comercialización en un 20%. Para nosotros, con que suba un 10 o un 15% estamos satisfechos».
Cabe destacar que el año pasado se vendieron 1,4 millones de unidades. De modo que, en este rubro, la meta es que los retailers comercialicen entre 210.000 y 280.000 equipos más.
Subsidio «nac&pop»
Ahora bien, ¿cuál es el costo que puede representar para el Estado una iniciativa de este tipo?
Primero, hay que considerar que el mercado de artículos del hogar y de informática movió el año pasado unos $35.000 millones.
De ese total, los equipos de aire acondicionado, heladeras y lavarropas, fueron responsables del 25%, lo que equivalió a casi $9.000 millones.
Tomando como base los valores del 2014, la comercialización de estos tres productos a través del plan oficial -en tanto y en cuanto el Gobierno esté dispuesto a subsidiar un 30% del precio-, representaría una erogación para el Estado de $270 millones cada 10 puntos que suban las ventas.
De modo que, si la iniciativa «Renovate» logra aumentar la demanda en un 20%, entonces el costo fiscal sería de $540 millones. A esto, claro, habrá que sumar erogaciones asociadas a la operatoria.
A primera vista, no parece ser una cifra demasiado elevada. Basta saber que, según datos de Anses, la mejora a jubilados que comenzará a regir a partir del mes de marzo, tendrá un impacto de casi $124.000 millones.
Esto hace prever a los empresarios que la bonificación que reciban los compradores que entreguen sus equipos viejos podría ser aun más elevada.
Entre la expectativa y las dudas
Marcelo Fernández, titular de la Confederación General Empresaria (CGERA), aseguró que «el plan ´Renovate´ es una de las medidas anticíclicas que tomará el Gobierno para que no caiga el consumo. Lo importante es que dará trabajo no sólo a las fábricas que producen los electrodomésticos, sino que también tendrá un efecto arrastre importante en toda la cadena de valor».
Pese al optimismo, hay voces críticas al proyecto. En off, hasta los propios empresarios consideran que será apenas un parche, luego de 17 meses consecutivos de caídas de la actividad entre las pequeñas y medianas industrias, según datos de CAME.
En ese sentido, recuerdan el limitado efecto que tuvieron otros planes oficiales, como el de «Heladeras para todos», que se puso en marcha en 2008 y que, por problemas en la implementación, logró comercializar apenas 3.000 unidades, lejos de las 100.000 propuestas inicialmente.
En el caso exclusivo de los equipos de aire acondicionado, el fabricante consultado agregó un tema no menor: «Hoy la instalación, con dos metros de caño y ménsulas, puede ir de los $1.000 a los $1.500, que hay que pagarlos al momento y en efectivo. Ese gasto no es menor».
A esto se suma un problema estructural que sobrepasa las limitaciones del bolsillo de los compradores: la falta de dólares.
Sucede que, si bien más del 90% de los equipos que se venden en el país son de fabricación nacional, se necesitarán más divisas para costear la importación de insumos, que representan entre el 25% y el 50% del total, dependiendo del fabricante.
Esto genera incertidumbre entre las empresas de artículos del hogar, porque el BCRA avanza, justamente, en la dirección contraria, retaceando dólares a todas las ramas de actividad para cuidar el nivel de reservas.
Así las cosas, Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior, advirtió que podría darse la paradoja de que el Gobierno, por un lado, incentive la compra de bienes durables pero, por el otro, termine frenándola por falta de divisas.
Sin ir más lejos, el plan ProCreAuto, que terminó naufragando, es uno de los ejemplos más claros y contundentes de esa paradoja.
Fuente: http://www.iprofesional.com/notas/206643-Se-viene-el-plan-canje-de-electrodomsticos-los-detalles-de-la-iniciativa-oficial-para-darle-impulso-al-consumo