Vi la luz del mundo una semana antes de que mi madre cumpliera los 7 meses de embarazo. El parto fue de alto riesgo. A mi padre se lo habían dejado claro: o la salvaban a ella o a mí. Ambos sobrevivimos.
El haber sido un hijo muy deseado y buscado por años y que todo hubiera sido complicado al nacer, hizo que mis padres me cuidaran hasta del aire que me pudiera dar. Sin ninguna mala intención me sobreprotegieron. Las consecuencias las he pagado en la etapa adulta, pues crecí en un mundo donde nadie nunca se atrevió a decirme «no» y donde mi realidad era todo lo que yo deseaba. Fui casi como un principito que daba órdenes y toda la corte salía a cumplir los deseos de su majestad.
Por lo general, los niños de partos complicados hemos sido sobreprotegidos y de ahí, cuando crecemos y nos enfrentamos con nuestros primeros «no», ya sea porque los demás no hacen lo que nosotros esperamos o no se nos dan las cosas tal y cual las planeamos, es cuando saludamos de mano a mano y le decimos, «mucho gusto» a una sensación nada grata: la frustración.
«Una persona sin tolerancia, por lo general, en su infancia fue sobreprotegida. Lloraba y obtenía todo lo que quería sin esperar ni un segundo. Al obtener todo lo que pedía, como todas sus demandas eran satisfechas sin ningún esfuerzo de parte de ella, esa persona creció sin frustraciones. Entones, luego, ¿qué hace de grande? Exactamente lo mismo. Pero la vida no siempre le da todo lo que desea; entonces protesta, se queja, y se convierte en una persona adulta caprichosa. Al haber recibido siempre, todo lo que quería, le resulta imposible tolerar frustración», comenta el psicólogo y terapeuta Bernardo Stamateas en su libro «Emociones Tóxicas».
El especialista además asegura que la frustración puede surgir de todo lo contrario, de aquellas personas que cargan un resentimiento porque en su infancia todo era «no», que vivieron carencias, y quienes siempre que pedían algo les decían que «no». Cuando esta persona llega a la edad adulta se frustra, porque todos los «no», le recuerdan a su infancia. Y son, por lo general, personas que cuando les niegan algo, reaccionan de manera brusca, suelen creer que los demás están en sus vidas para darles todo lo que desean y no toleran los obstáculos.
Y es que la frustración aparece cuando no conseguimos realizar nuestros proyectos, sueños, metas, deseos, anhelos o simplemente cuando no logramos algo que teníamos en mente y que creemos merecemos y además asumimos es el tiempo en el que debe llegar.
Sin embargo, el problema no es la emoción en sí sino lo que hacemos con ella. Solamente tú tienes el control de tus emociones y eres quien le da poder o no a lo que diga o hagan los demás o a lo que te sucede. Tú eres quien decide si algo te afecta y hasta que punto y por cuánto tiempo. Como me comentaba en una ocasión la cantante y actriz Thalía, «en el día siempre sucede algo ante lo que tú puedes elegir o que te arruine el resto del día o tomártelo con calma y avanzar». Depende de la actitud de cada quien. Si no tomamos las riendas de nuestra reacción ante lo que sucede, la frustración es obvio, que se va apoderar de nosotros y con ella van a hacer su aparición especial, la amargura, la tristeza, la desesperanza, odio, resentimiento y muchas otras emociones negativas.
He aprendido en carne propia que «no todo lo que quieres es en realidad lo que necesitas y no todo lo que necesitas lo vas a alcanzar siempre en el momento que deseas», lo cual implica que si te frustras, es una emoción válida, pero no debe dominarte. No debemos permitir que lo que nos sucede nos aleje de nuestros sueños o debamos de abandonarlos. Si no fue ahora, es porque algo mayor está para ti no es que no se vaya a dar o bien, porque quizás la vida te está sugiriendo que reconsideres tu ruta, tu meta. Es algo así como cuando damos vuelta a donde no dice el GPS y el aparato de inmediato dice: re direccionando, desde el lugar en el que ahora se encuentra hacia el punto de tu meta.
Otra situación por la que se puede dar la frustración es porque las personas no saben decir que no a los demás y entonces, claro está, por agradar u obtener el reconocimiento o aceptación de los otros, se frustran, pues anteponen sus deseos a los de los otros. (Este tema ya lo tocamos en otra columna dedicada complemente a eso).
También la frustración puede ocurrir cuando le entregamos el dominio de nuestra vida a los demás, por decirlo así, hacemos todo lo que demás nos dicen y en realidad estamos siendo como amaestrados, como si fuéramos robots que nos dicen como vestir, qué hacer, qué no hacer, dependemos de las demás personas, de su opinión y pues debes entender, reconocer, que tu vida es única y solamente tu tienes que vivirla por ti. Es por eso que es mejor no esperar nada de nadie. Hay quienes no hacen algo si no está tal amigo o familiar y pues pierden su identidad cuando esa persona no está para darles instrucciones y el resultado es frustración, porque no saben qué hacer o qué decir, porque dependen de alguien más.
En algunas ocasiones, la frustración es una gran herramienta, pues por ejemplo, una persona que no logra lo que desea, y se frustra, debe revisar entonces que si siempre está haciendo lo mismo difícilmente va a salir de la sensación de frustrarse. Si probaste algo y no funcionó ya varias veces, debes tener la flexibilidad para ver que la vida te está diciendo que debes cambiar de plan o de estrategia. Así que en algunos casos la frustración nos lleva a mejores cosas, la cosa es que no nos guste tropezarnos con la misma piedra en ocasiones repetidas. De todos los errores se aprende así que siempre obtén el aprendizaje de lo que sucedió.
Y hablando de ese punto de vista positivo de la frustración en algunos momentos es buena porque nos impulsa a desear lograr más e ir por ello.
De todas las recomendaciones para salir de la frustración, deseo compartirte de Luis Fallas, del Centro de Superación personal y son las siguientes:
Lo primero es analizar bien el caso que esta?s viviendo, muchas veces nos preocupamos de ma?s y hacemos de una pequen?a situacio?n un gran problema que nos impide vivir con tranquilidad.
*No te guardes tus problemas, una manera muy efectiva para encontrarles solucio?n pronta es desahoga?ndote con alguna persona de confianza que sepas que te ayudara? a sobreponerte, ya sea un familiar, un amigo o algu?n compan?ero de trabajo.
*Cuando tengas las posibles soluciones, recuerda contar con la informacio?n necesaria de cada una de estas, no vaya ser que te apresures a tomar alguna decisio?n erro?nea que solo incrementara? tu frustracio?n.
*Reflexiona y aprende con humildad de los errores que has cometido y que te llevaron a la situacio?n que esta?s viviendo actualmente y pon tu mayor esfuerzo para tratar de corregirlos y evitar que se presenten en el futuro.
*Otro consejo es ponerse objetivos que verdaderamente sean realistas y tengan un tiempo determinado que vaya acorde a la dificultad del objetivo, asi? te evitara?s desengan?os y decepciones.
*Ten en cuenta que eres la u?nica persona encargada de lograr las cosas que te propones, aunque en ocasiones necesitemos de un pequen?o empujo?n para lograr salir adelante ma?s fa?cilmente.
*Por u?ltimo recuerda que si esta?s frustrado es por que realmente no has puesto tu ma?ximo esfuerzo por alcanzar tus objetivos, trabaja arduamente y vera?s como poco a poco todo se empezara? a clarificar tal y como lo deseas.
Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!
¡Gracias por existir, compartir y estar!