Rubén Recalde, condenado a prisión perpetua por homicidio y femicidio La sentencia fue impuesta por el Tribunal Oral Criminal 1 (TOC1) de esa ciudad a Rubén Recalde (54) por asesinar a Sandra Colo (43) y Paola Tomé (38), ambos hechos cometidos durante días jueves 16 y en comercios vinculados a niños. Los jueces Karina Piegari, Esteban Melilli y Miguel Ángel Vilaseca, hallaron culpable al mecánico por el «homicidio agravado criminis causa» de Colo y «homicidio criminis causa y femicidio» de Tomé, como había solicitado en su alegato la fiscal Vanina Lisazo, quien calificó al condenado de «asesino serial». «Es el tercer asesino serial de la historia argentina después de Robledo Puch y el ‘Petiso’ Orejudo. Para mi es el homicida de María Fernanda Repetto en 1999, pero esa causa prescribió», afirmó a Télam la representante del Ministerio Público luego del fallo. El TOC 1 leyó por secretaría la parte resolutiva del fallo, mientras el ahora condenado estuvo junto a su defensor oficial, Silvio Acerbo, y pidió que le quitaran las esposas porque le apretaban las muñecas. En la resolución, a la que accedió Télam, los jueces afirmaron que «claramente puede advertirse un modo de comportarse en relación a sus víctimas, del género femenino, mediante las cuales instaura una relación de cosificación, priorizando sus más bajos instintos, colocándolas en el lugar de instrumentos u objetos que le son útiles a sus necesidades». «Han señalado los peritos psicólogos y psiquiatras intervinientes, intentando desentrañar las particulares y gravísimas conductas del encausado, que el mismo busca instaurar una relación de superioridad con su presa que logre cubrir su sentimiento de inferioridad y de no aceptación social», agregaron. Tras citar un fallo de la Cámara de Casación Penal de Entre Ríos, los jueces explicaron que aplicaron la figura de «femicidio» en el caso de Tomé porque ésta «no requiere la existencia de una relación de pareja previa» sino que «puede darse aún en relaciones casuales, ocasionales, fugaces, transitorias, efímeras o pasajeras». Por el crimen de Colo, esa figura no pudo ser aplicada porque cuando ocurrió su crimen todavía no había sido incorporada al Código Penal. A la hora de aplicarle la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, lo que le impide acceder a cualquier beneficio, destacaron «la gravedad de los hechos, constituida por un gran despliegue de violencia de parte del sujeto activo, así como la multiplicidad de víctimas, escogidas al azar, y acechadas previamente desde el anonimato por su agresor, potenciando su vulnerabilidad, y sin haberse podido determinar los venales motivos de dicha elección». Juan Domingo Colo, padre de Sandra, se tomaba la cabeza cuando la secretaria detalló el crimen de su hija y Olga Rochetti, madre de Paola, tenía lágrimas en los ojos cuando se describió el homicidio de la suya. La presidenta del tribunal dijo que por unanimidad se rechazó el planteo del defensor respecto a la «inimputabilidad» de Recalde, quien vestía una campera marrón, jeans, zapatos y permaneció durante la lectura callado y con la vista al piso. La actitud del mecánico coincide con lo dicho por la fiscal, para quien «comprende su criminalidad y es inteligente, nunca va a reconocer pero tampoco va a negar, sólo calla». Además, la jueza Piegari explicó que se desestimó la «inconstitucionalidad» de la prisión perpetua que también requirió Acerbo. Tras dar a conocer la sentencia, algunos familiares le gritaron «asesino» a Recalde, a quien rápidamente retiraron de la sala esposado hacia la Unidad Penal 49 de Junín, donde seguirá alojado. En tanto, la fiscal Lisazo se mostró visiblemente emocionada y se abrazó con los abogados Darío De Ciervo y Carlos Torrens, representantes de las familias de las víctimas. También se abrazó con los padres de las mujeres asesinadas, quienes le agradecieron el trabajo desarrollado para llegar a condenar al homicida. «(Lisazo) trabajó mucho, es una mujer muy humana.
Condenaron a un mecánico a prisión perpetua por el femicidio y homicidio de dos mujeres
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