Conmoción en Brasil: mataron de cinco balazos a una concejal de izquierda en Río de Janeiro
Anoche, la concejal del partido de izquierda brasileño PSOL Marielle Franco, de 38 años, fue asesinada a balazos en el centro de Río de Janeiro cuando regresaba de un acto, según informaron las autoridades. El gobierno federal seguirá la investigación el asesinato de la concejala Marielle Franco y del conductor que le acompañaba este miércoles, indicó el gobierno en un comunicado. Muy activa en la lucha por los derechos humanos, Franco regresaba a su domicilio cuando un auto se aproximó al suyo y le disparó varios tiros, según reportó el sitio G1. Los primeros datos revelaron que ella y el conductor murieron en el acto, en tanto que su asistente habría logrado salir con vida del ataque. El Partido Socialismo y Liberdade (PSOL), al que pertenecía la edil, lamentó la muerte de su militante y expresó su indignación por lo ocurrido. El gobernador del Estado de Rio, Luiz Fernando Pezao y el alcalde evangélico Marcelo Crivella denunciaron respectivamente un acto de extrema cobardía y un brutal asesinato. Amnistía Internacional exigió una investigación inmediata y rigurosa, para que no queden dudas sobre el contexto, la motivación y la autoría del asesinato de la dirigente. Franco había entrado en la Cámara Municipal de Río de Janeiro en las pasadas elecciones de 2016. Logró alcanzar su puesto como la quinta concejal más votada con el apoyo de 46 mil personas, según recogió el diario O Globo. Nacida y criada en el complejo de favelas da Maré, una de las zonas más violentas de Río, se graduó en Sociología para luego realizar una maestría en Administración Pública por la Universidad Federal de Rio. Trabajó como asesora del diputado del Estado de Río y excandidato a alcalde, Marcelo Freixo. Hace dos semanas, asumió la función de relatora de la Comisión de la Cámara de Concejales de Rio creada para vigilar la actuación de las tropas a cargo de la intervención militar del área de seguridad de Rio, decretada por el presidente Michel Temer para contener una escalada de violencia en este Estado. La intervención, sin precedentes desde el retorno de la democracia en 1985, fue criticada por defensores de los derechos humanos, que temen que durante las operaciones se cometan abusos contra los habitantes de las favelas.