Por: Dra. Inés Morend
El ciclo es conocido y se repite cada año. Se acercan las fiestas y es común que, además de estas, tengamos eventos en las semanas previas: actos, comidas por los egresos escolares de los hijos, reuniones laborales, fines de ciclos de deporte y otras actividades. La mayoría de estos encuentros se realiza dentro de un ámbito gastronómico, o sea, festejamos bebiendo y comiendo. Como consecuencia, en enero nos encontramos con varios kilogramos de más.
Pensamos que fueron los turrones que comimos en exceso en Navidad cuando, en realidad, son las calorías que incorporamos de manera reiterada durante todo el mes de diciembre. Muchas de estas se ven en la cantidad de comida o el tamaño de las porciones que ingerimos, pero olvidamos el valor calórico de las bebidas alcohólicas con que celebramos un fin de ciclo.
Ahora bien, ¿es posible no quedarse con esos kilos de más? Claro que sí. Podemos ordenarnos y comer en forma adecuada, sin privarnos de los alimentos ricos, si sabemos cómo hacerlo y controlarlo.
Como primera medida, el día que tenemos un evento, o en Navidad y año nuevo, no debemos ayunar para comer solo a la noche. El simple hecho de no ingerir alimentos durante el día, y luego incorporar de golpe una gran cantidad de calorías, hará que todo lo ingresado sea absorbido. Por ende, se produce el aumento de peso.
Debemos entonces mantener las comidas básicas habituales: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Si la reunión nocturna se hará luego de las 22 horas, es conveniente tomar una colación entre las 19 y 20 horas, para llegar con menos apetito. Puede ser algo sencillo, como una barra de cereal, una banana, un vaso de jugo o gaseosa dietética con cuatro obleas de limón o cuatro galletitas dulces.
Cuando llegue la hora de cenar y festejar, sírvase primero una porción de ensalada de hoja (mezcle una variedad de verduras de este tipo, coma lechuga, rúcula, radicheta o espinaca). Tome líquido pero evite desde el comienzo el alcohol, que puede reemplazarse por bebidas gaseosas dietéticas o jugos sin azúcar. Si dispone de una gran variedad de platos y desea probarlos a todos, sírvase porciones pequeñas, del tamaño de una cuchara sopera. Y, si es posible, no deje de ingerir verduras de hoja en ensalada entre cada uno de ellos. Sea también prudente con el tamaño de las porciones a la hora del postre. Use la palma de su mano como guía para medir la cantidad apropiada para usted.
Si desea comer turrones, nueces, avellanas y demás frutos secos, será conveniente que lo haga despacio, degustando los sabores, y tomando no más de tres unidades por cada uno. El tamaño de las porciones que elija, tanto para la comida como para el postre, determinará cuántas calorías ingerirá y cuánto aumentara de peso.
Recuerde que los alimentos que no se coman durante las fiestas, pueden ofrecerse a personas que los necesiten. Otra opción es armar porciones del tamaño de la palma de su mano y luego almacenarlas en el freezer. De este modo, cuando desee comer nuevamente, descongelara de a pequeñas porciones y esto lo ayudara a controlar su peso.
Si usted congeló los alimentos que sobraron, en los días entre Navidad y Año Nuevo puede retomar su vida y su forma de comer habituales, para evitar ganar peso con la comida del festejo. De esta manera, se reserva, además, delicias para disfrutar gradualmente durante todo el verano. Por otra parte, si usted hace ejercicio, no descanse en los días de diciembre y después de los feriados. Mantener su rutina le ayudará a no ganar peso.
En esta época del año, es fundamental reducir el consumo de bebidas alcohólicas y, sobre todo, evitarlas si uno debe conducir luego de las reuniones y fiestas. Si seguimos estos consejos, podremos disfrutar con salud y responsabilidad.