En dólares, el número de inversiones sin ejecutar supera los 1.800 millones, siempre según fuentes ligadas a la entidad.
“Las obras cuentan con protocolos aprobados, no solo puertas adentro, sino también para los traslados del personal, y sin embargo el gobierno no está previendo aún habilitarlas”, expusieron desde CEDU.
Desde la cámara comentaron que el veto a la construcción viene generando complicaciones financieras adicionales para los desarrolladores en tanto los “empresarios siguen pagando sueldos pero sin generar ingresos, los materiales se deterioran, y se generan sobrecostos que se trasladarán a precios”.
“Hoy en día todos los operarios que aún mantienen su empleo siguen en sus casas aunque, con los cuidados del caso, ya podrían estar trabajando. Solo entre obras de las empresas asociadas a la CEDU se da empleo a 22.000 personas y se genera una inversión potencial -a nivel país- de 7.000 millones de dólares”, se detalló.
La pregunta respecto de por qué el comercio minorista puede operar casi sin inconvenientes mientras que la construcción sigue parada predomina en el ámbito del ladrillo.
“En las obras se prevé mantener el distanciamiento y también controlar a cada uno al ingresar. Mayoritariamente se trabaja al aire libre y está contemplado no recurrir al transporte público. Por último, y no es un detalle menor, la construcción tiene un sistema de control y supervisión municipal permanente, cosa que no se contempla para ninguna otra actividad”, argumentaron desde CEDU.
Los desarrolladores sostienen que, más allá del contexto de Covid-19 imperante, “casi ningún país del mundo paró la construcción” para enseguida poner como ejemplos España y Uruguay.
“En otras ciudades del país, donde las obras ya están en marcha, no se han presentado problemas relevantes de contagios”, expresaron desde la cámara.