La realidad de los repartidores en Córdoba: ¿una vida sobre la línea de pobreza?
En Córdoba, septiembre de 2025 revela un panorama preocupante para los repartidores de aplicaciones digitales que deben cumplir con 461 pedidos mensuales, es decir, más de 15 pedidos diarios para no caer en la pobreza, según un reciente estudio de la Fundación Encuentro.
A partir de datos de **PedidosYa** y **Rappi**, el informe detalla que el ingreso promedio por cada entrega es de **$2.553**, lo que deja a muchos en la precariedad económica, incluso tras jornadas laborales que pueden extenderse más de 10 horas.
El costo real del delivery en Córdoba
El estudio introduce el **Coeficiente de Alcance del Pedido Promedio** (APP), que analiza el esfuerzo de los repartidores frente al costo de vida. Para cubrir un alquiler promedio, se requieren **271 pedidos**, mientras que para mantener a un hijo son necesarios **190** y para alcanzar el Salario Mínimo, **126 entregas**.
Diego, un repartidor en bicicleta, explica: “Para tener ingresos decentes, debo realizar entre **15 y 20 pedidos al día**”, cifra que coincide casi exactamente con el APP. Sin embargo, la tarifa por pedido varía según el clima, la demanda y las decisiones algorítmicas. “Hay días que el pago es muy bajo y tengo que multiplicar los viajes para obtener ganancias”, señala.
Desgaste económico y desafíos diarios
El ingreso por pedido, alrededor de **$2.500**, no refleja la realidad económica total cuando se consideran los gastos fijos. Costos como **combustible, mantenimiento, seguros y contribuciones fiscales** generan un desgaste considerable.
Maira, que complementa su trabajo de delivery con otro empleo, revela: “Mis gastos semanales en combustibles son alrededor de **40 mil pesos**, sin contar el seguro y las contribuciones fiscales, que elevan el total a **180 mil** antes de empezar a ganar”.
Natalia, también repartidora, describe la inestabilidad del sector: “En comparación al año anterior, la situación se ha vuelto más complicada. Ya no puedo depender solamente del delivery para cubrir mis necesidades básicas, como el alquiler o el sustento de mis hijos”.
¿Flexibilidad o dependencia económica?
Las plataformas promueven la flexibilidad horaria como un atractivo, pero la realidad de los repartidores es diferente. “Muchos comienzan a trabajar a las **7 de la mañana y no terminan hasta las 12 de la noche**”, admite Maira. La independencia se ve opacada por la necesidad de estar disponibles en horarios de alta demanda para no ver reducidos sus ingresos.
Inconsistencias y falta de transparencia en el sistema
Los repartidores enfrentan un desafío constante con pedidos difíciles de cumplir. Diego ilustra este problema: “En ocasiones, aceptas un pedido y te das cuenta de que es imposible cumplirlo, como transportar botellas de agua en una moto”.
La falta de claridad en las tarifas también es un tema recurrente: “Los pedidos oscilan entre **$1.500 y $10.000** dependiendo de la demanda y la complejidad, pero nunca se puede predecir lo que realmente ganarás”, añade Natalia.
Un sector millonario con trabajadores en crisis
El mercado de delivery en Argentina genera aproximadamente **USD 1.860 millones** y emplea a unas **160 mil personas**, según la Fundación Encuentro. Sin embargo, opera sin normas salariales claras y los ingresos dependen de un algoritmo opaco. Mientras tanto, los repartidores lidian con tarifas volátiles y cargas prohibitivas, reflejando una realidad de precariedad a la vista de todos.
