Según informó este domingo la agencia estatal de noticias del país, KCNA, el presidente declaró el sábado en el VII Congreso del Partido de los Trabajadores, en Pyongyang, que su país no usaría armas nucleares a menos que su soberanía sea puesta en entredicho por «fuerzas invasoras hostiles con armas nucleares». Durante esta cita histórica, que dejó a la prensa extranjera afuera del encuentro, Kim rebajó la tensión en términos nucleares y envió un un mensaje de conciliación a la comunidad internacional, indicó la agencia de noticias EFE. «Como un estado responsable con armamento nuclear, nuestra República no usará armas atómicas a menos que su soberanía sea invadida por fuerzas agresivas y hostiles con armas nucleares», aseguró el líder ante los casi 3.500 delegados que participaron en el primer congreso del PTC en 36 años. Kim también propuso mantener conversaciones militares entre ambas Coreas en un intento de aliviar la tensión regional, pero desde el Sur rechazaron la propuesta y consideraron que esta estrategia de bajar el tono beligerante es una propaganda sin sinceridad, al tiempo que pidieron a Pyongyang que abandone su programa nuclear. «La proposición del Norte es parte de su campaña de propaganda hecha sin sinceridad, ya que habla de diálogo intercoreano mientras continúa desarrollando un arsenal nuclear», indicó este domingo el Ministerio de Unificación de Seúl a a la agencia de noticias surcoreana Yonhap e instó al vecino país a elegir la senda hacia la desnuclearización «si espera traer la paz y el acercamiento a la península coreana». Por su parte, Kim dijo que Corea del Norte «cumplirá fielmente sus obligaciones para la no proliferación (nuclear) y luchará por la desnuclearización global», aunque dejó claro al mismo tiempo que Pyongyang no abandonará su política «Byeongjin» de desarrollo económico y nuclear adoptada en 2013. En materia económica, el líder norcoreano presentó un plan a cinco años, en el que apuesta por la reforma energética y si bien pretende impulsar el desarrollo de una economía que si bien ha mejorado en los últimos años se enfrenta ahora a duras sanciones internacionales aprobadas en marzo último por el Consejo de Seguridad de la ONU. La resolución, elaborada por Estados Unidos y China, principal aliado de Pyongyang, contempla limitaciones al comercio con Corea del Norte y obliga a todo el mundo a inspeccionar cargamentos con origen y destino al país comunista. También incluye un embargo total a la venta de armas ligeras a Corea del Norte, sanciones financieras contra bancos y activos norcoreanos y limitación, y en algunos casos prohibición, para la importación de materias primas como carbón, hierro, oro y titanio. Asimismo, veda la venta de combustibles para aviones y cohetes al país e impone sanciones sobre individuos y entidades norcoreanas. Sin embargo, Kim anunció que desarrollará una estrategia de acá a cinco años basada en la idea de impulsar la producción en un plan quinquenal con poco detalle pero que se convierte en el primero con un objetivo temporal. «Es necesario mejorar la vida de los ciudadanos incrementando la producción en la agricultura y la industria ligera», explicó el líder, que apostó además por construir más centrales hidroeléctricas y ampliar el uso de las energías renovables. Tras una etapa de tensión internacional, Kim, de 33 años, brindó el sábado este discurso de más de tres horas con anuncios y ribetes apaciguadores y tono equilibrado en la Casa de la Cultura 25 de abril de la capital norcoreana, un gesto que se interpretó por los medios internacionales como un intento de apostar por el dialogo y la normalización de relaciones. En enero Pyongyang llevó a cabo su cuarta prueba nuclear y un mes después el lanzamiento de un cohete espacial considerado un ensayo de misiles, acciones que derivaron en duras sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Aunque durante el cónclave político Kim reafirmó su política de desarrollo de armas nucleares adoptada en 2013, tambié
Corea del Norte aseguró ser un «Estado con armas nucleares responsable»
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