La pandemia del coronavirus provocó la demanda de psicólogos en las empresas. Los cambios que generó en el área laboral, familiar y personal causaron un impacto emocional en las personas durante esta nueva normalidad.
De acuerdo con expertos en psicología el COVID-19 causó desmotivación, falta de productividad y bajo rendimiento. No obstante, otra de las manifestaciones emocionales que se observa en los empleados es una constante sensación de angustia e incertidumbre.
La facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) a través del Observatorio de Psicología Social Aplicada, realizó una encuesta para conocer la situación en la población en general y encontraron palabras que se repetían frecuentemente por los consultados.
Entre las palabras de prevalencia negativa destacan: hartazgo, cansancio, angustia, incertidumbre, tristeza, ansiedad y depresión. En especial, observaron que disminuyó significativamente la palabra “tranquilidad”. Lo más sorpresivo es que cuando se les consultó sobre algún aprendizaje que les ha dejado la pandemia en su mayoría respondieron “nada o ninguna”.
Otros tantos mencionaron la unión, la paciencia, los valores, la familia y la solidaridad. Aunque estas últimas opciones presentan un mejor escenario, lo cierto es que los indicadores negativos arrojaron como resultado durante el estudio que la pandemia invadió los ámbitos de la vida que incluye salud, trabajo, familia, economía y proyectos de vida.
Estos rasgos se convierten en una “incubadora” de emociones negativas que conlleva a malestares psicológicos que afectan el bienestar mental de las personas. Tan es así, que ejecutivos empresariales se dedicaron a buscar soluciones para mejorar la situación de sus empleados, tras percibir un bajo estado de ánimo que perjudica el rendimiento y la creatividad dentro de la empresa.
Algunas compañías tomaron la decisión de contratar un psicólogo de forma permanente que ofrezca atención emocional al personal que lo necesite. Por otro lado, se da el caso de los jefes que acuden a los servicios de los especialistas, con la intención de que implementen actividades grupales dentro de las empresas para que midan los niveles de ansiedad, depresión y estrés en los empleados. De esta manera determinan si los trabajadores necesitarán mayor ayuda psicológica o no.
Esta realidad también golpea otras latitudes de Latinoamérica, así lo reconoció el Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes, donde se registró el aumento de las llamadas de emergencia por problemas emocionales que alcanzaron las 14.422. Específicamente el estrés se duplicó en las madres mexicanas durante la pandemia.
Tal como lo expresa investigadora de la Sección de Maternidad de zonaDAMAS, Rosaura Fuentes, “un total de 36 millones de mujeres son madres en México y tienen que lidiar entre su rol de maternidad y actividades laborales que ahora trasladaron a casa por el teletrabajo. Además deben fungir como psicólogas de sus hijos para que esta pandemia no afecte la vida emocional de ellos, mientras que ellas se encuentran también afectadas por el miedo y el estrés”.