Rubén Rodolfo Recalde, el mecánico con antecedentes penales detenido el jueves como único acusado de los crímenes de dos mujeres cometidos en la localidad bonaerense de Junín en enero de este año y agosto de 2012, se negó hoy a declarar al ser indagado por la fiscal de la causa. Fuentes de la Fiscalía General del Departamento Judicial Junín informaron hoy que Recalde (53), cuyo ADN coincide en un 99% con el hallado en las escenas de los crímenes de Paola Tomé (38) y Sandra Colo (43), siguió el consejo de su defensor oficial y se negó a declarar ante la fiscal interviniente, Vanina Lisazo. Los voceros confirmaron además que la jueza de Garantías Marisa Muñoz Saggese hizo lugar al pedido de Lisazo de convertir formalmente la aprehensión de Recalde en detención, para la que mantuvo la calificación de «homicidio calificado», que tiene una pena de prisión perpetua. El imputado permanecerá alojado en la Unidad Penitenciaria 49 de Junín, agregaron las fuentes. Recalde fue aprehendido el jueves por la noche por efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) Junín en un domicilio situado en la calle Sadi Carnot, de esa ciudad del noroeste bonaerense. La decisión de aprehender a este hombre surgió a raíz de la declaración testimonial espontánea de una mujer que sufrió un ataque similar al que padecieron Colo y Tomé, aunque en su caso logró zafar de la situación. Una vez apresado, las autoridades tomaron una muestra de su ADN y, en tan sólo dos horas, el Laboratorio de Genética Forense de la Policía Científica bonaerense confirmó con un 99 por ciento de seguridad que se trata del mismo perfil genético encontrado en las escenas de los crímenes de Colo y Tomé. El crimen de Tomé fue descubierto el viernes 17 de enero, cuando la hermana de la víctima la encontró muerta dentro de su negocio, «Rowena», donde había ido a trabajar. De acuerdo a los peritos, el homicidio fue cometido el día anterior, cuando la comerciante fue golpeada y estrangulada con un pañuelo negro que se encontró alrededor de su cuello. Mientras que Colo fue encontrada el jueves 16 de agosto de 2012 golpeada y estrangulada en el pelotero donde trabajaba, ubicado en Alem 388, de Junín. En coincidencia con el reciente crimen de la comerciante, Colo también murió por «asfixia mecánica por estrangulación a lazo» y presentaba politraumatismos por golpes. La técnica de estrangulamiento es la misma en ambos casos, ya que el asesino utilizó un palo -en un hecho fue de una escoba y en otro de un secador-, para hacer un torniquete sobre el cuello.
Crímenes en Junín: se negó a declarar el mecánico acusado
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