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domingo, noviembre 17, 2024
"Cristina construye su propio 2001"

«Cristina construye su propio 2001»

El periodista Carlos Pagni, en La Nación, concluye así su análisis sobre la situación económica que viene para los próximos meses:

La tendencia que se prefigura con la sustitución de Juan Carlos Fábrega por Vanoli coincide con otra intervención sobre el sistema financiero que, aunque no sería inmediata, es muy delicada.

Anteayer, la Asociación de Bancos (ABA), que reúne a las entidades de capital extranjero, envió una carta al presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, para alertar que el nuevo Código Civil y Comercial consagrará una nueva pesificación asimétrica. El artículo 765 admite que préstamos pactados en dólares sean devueltos en pesos. Pero el 1390 excluye de esa posibilidad a los depósitos bancarios.

Quiere decir que las entidades financieras estarán obligadas a entregar dólares a quienes les confiaron sus ahorros en esa moneda. Pero las empresas que tomaron créditos en dólares para financiar sus exportaciones podrán saldar su obligación en pesos al cambio oficial. ABA anticipó a Domínguez que habrá un retiro generalizado de dólares de los bancos. Por lo tanto, la reforma no contempla que habrá menos capacidad para financiar exportaciones y disminuirá el nivel de reservas del Central.

El avance de la señora de Kirchner sobre los bancos lleva la marca intelectual de Kicillof. Como todo funcionario que sacraliza una receta, él no atribuye los problemas a las medidas que ha tomado, sino a la demora de las que aún le quedan por tomar. Con la misma lógica la Argentina se fue comprometiendo más y más con la convertibilidad, hasta desembocar en el colapso de 2001.

Como si hubiera una oscura armonía entre los procedimientos y los resultados, el kirchnerismo está elaborando su propio 2001. Una crisis artificial, porque deriva más de sus decisiones que de las adversidades objetivas.

La señora de Kirchner ya devaluó, entró en default y, gracias a la inflación, emite una cuasi moneda que en vez de llamarse patacón se llama peso. Sólo faltaba un capítulo para completar la secuencia de la farsa y la tragedia: minar con la desconfianza al sistema financiero. Está a punto de lograrlo.

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