La expresidenta Cristina Kirchner se reunió hoy con el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, y recibió la condecoración «Manuela Sánches» de parte de la Asamblea Nacional, donde habló de la existencia de un plan en la región para destituir a los gobiernos «populares» y reinvindicó la «Patria Grande». Ante el Parlamento ecuatoriano, la exjefa de Estado llamó a las fuerzas progresitas a «analizar las causas de los retrocesos» y preguntarse «qué» hicieron «mal», además de cuestionar al gobierno que encabeza Mauricio Macri. «Alguien que tiene dinero en paraísos fiscales y cuentas offshore no puede presidir la República sin querer inmiscuir cuestiones internas», disparó Cristina, en alusión al actual Jefe de Estado argentino. Y agregó: «Yo quiero decirles que cada peso que alguien tiene en un paraíso fiscal es un peso que le sacaron a la educación, a la salud, a al infraestructura, a la vivienda y a la educación de cada ecuatoriano». «El que tiene fondos en un paraíso fiscal es porque no paga impuestos», acusó. «No se puede culpar a la derecha, tenemos que evaluar qué no hemos hecho nosotros para lograr esto. Es una cosa regional», subrayó la exmandataria. A su entender, el «gran desafío es analizar las causas de los retrocesos y estas relaciones de fuerzas» para determinar qué se ha «hecho mal». Al hablar de la situación de Dilma Rousseff en Brasil, Cristina Kirchner sostuvo que en ese país «cambió la relación de fuerzas», a la vez que cuestionó el «ataque feroz de los medios» contra la destituida mandataria. «La muestra más evidente de la modificación en la correlación de fuerza en el continente fue que no hayamos podido detener el golpe institucional que sufrió Dilma Rousseff en la Brasil», señaló la expresidenta. Según dijo, en la Argentina «la derecha conservadora y restauradora de los viejos privilegios y de esa América Latina mera exportadora de materia prima con millones de excluidos» también intentó en su contra «un final similar al de Dilma». «Estoy convencida que el objetivo era destituirme para que no pudiéramos terminar el período de gobierno y por lo tanto tener un relato mediático», resaltó. «(Las derechas) trabajan en la restauración ni siquiera de lo que fueron los 90, ahora es ´pre´. En Argentina por ejemplo quieren un modelo pre-peronista», sostuvo. Y agregó: «Quieren un modelo que no sea industrializador donde la gente y las clases medias tengan una sensación de culpa por lo que lograron en estos años y los que no la tengan la convicción de lo que lograron en estos año no se debió a procesos económicos políticos sino se debe a su impronta personal. Si no logran hacerlos sentir culpables le crean la fantasía de que todo lo que lograron era solo un esfuerzo individual». Según advirtió, «hay una creación del sentido común entre los medios de comunicación y sectores judiciales que persiguen y judicializan a los líderes de la región». La exjefa de Estado remarcó que durante su gobierno «no había despidos, había un régimen de casi plena ocupación y paritarias libres», además de «una política de subsidios a los servicios públicos que era estigmatizada y hasta criticada muchas veces por los propios». «No quiero contarles la que se armó cuando aplicaron el tarifazo. Ahí se dieron cuenta que la política de subsidios estaba destinada a agregar valor indirecto a sus salarios, a estimular la demanda y a sostener a la actividad industrial de las Pymes que si no, no pueden sobrevivir», destacó Cristina Kirchner. La exmandataria recibió la condecoración -una de las más importantes del país- de manos de la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, y luego de dar su discurso se reunió con Correa en el Palacio de Gobierno.
Cristina contra Macri: Alguien con cuentas offshore no puede presidir la Argentina
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