El empresario Carlos Mundín, dueño de la firma BTU, se reunía frecuentemente con Roberto Baratta y Santiago De Vido, según los registros del chofer Oscar Centeno, en el restaurante Croque Madame, en la avenida del Libertador 1902, en Palermo. Centeno filmó tres videos, a los que accedió LA NACION, en los que detalló quiénes se encontraban en una de esas reuniones.
Mundín se encuentra actualmente detenido en el penal de Marcos Paz como derivación de la pesquisa judicial que comenzó con los cuadernos.
Según la acusación, el empresario «realizó pagos por BTU SA», con Baratta y participaron de esas reuniones Santiago De Vido y Nelson Lazarte. La firma BTU es especializada en proyectos de ingeniería de los sectores Energía, Oil & Gas y Vías de Comunicación. Centeno describió a Mundín como «otro aportador de dinero por los proyectos en vigencia por el Gobierno» y escribió que esos encuentros sucedían «con el visto bueno de Néstor Kirchner».
El 5 de agosto de 2010 el chofer escribió: «Del ministerio lo llevé al licenciado a Gorostiaga 2337, y luego al domicilio del ministro De Vido y a las 20 salió con Santiago De Vido y se dirigió caminando hasta el restaurant de Libertador 1902. Intenté filmar pero por temor a ser descubierto hice lo posible. En el lugar se reunieron con Carlos Mundín, Wagner y un tal Flavio. Santiago De Vido y el licenciado Baratta. Luego de 40 minutos, salió y lo llevé al ministerio. En el camino el licenciado hablaba de cuatro obras en el Sur y dos obras en el Norte, obras de infraestructura de gas. De eso se habló en la reunión».
Centeno hizo mención a «un tal Flavio». Según indicó LA NACION, el expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción y dueño de la firma Esuco, Carlos Wagner, que estuvo en ese almuerzo del 5 de agosto de 2010, fue apuntado por Marcio Faria -de la firma Odebrecht – como el interlocutor entre Flavio Bento e Faria y los funcionarios argentinos que pedían las coimas. Esta es una de las aristas que surgen de los cuadernos de Centeno y que se suman al capítulo argentino del Lava Jato. Carlos Wagner declaró ya como arrepentido. Mundín, sin embargo, por el momento niega los hechos que se le imputan.
BTU figura como adjudicataria de obras por 961 millones de dólares, como la que comparte con Esuco en el Chaco en la cual también estuvo involucrada la sueca Skanska, que participó de esas obras y que luego admitió el pago de «comisiones indebidas».
La firma de Mundín integra también un fideicomiso creado por De Vido para financiar la expansión de una serie de gasoductos en Santa Cruz que nunca se terminó y que durante la gestión del gobierno actual el Ministerio de Energía ordenó frenar.