Es un clásico del verano de Punta de Este y una cita obligada que comenzó hace ya una década para un encuentro entre industriales y banqueros que se fue ampliando a otros sectores. El anfitrión es Jorge Brito, dueño del grupo Macro, que recibe en su chacra Mamá Ganso en la Barra. Esta vez asistieron, además empresarios de otras ramas, el funcionario de Scioli, Santiago Montoya. En el amplio living una pantalla gigantes recibió a los invitados con el partido de River-Boca que se jugaba en Mar del Plata. Y allí se cruzaban el dueño de casa, cuyo hijo es vice de River y Jorge Sánchez Córdoba, socio de Cristóbal López en el banco Finansur y tesorero de Boca. Pero al margen de las bromas sobe el partido, las conversaciones giraron sobre el viaje de Axel Kicillof para intentar un acuerdo con el Club de París. La coincidencia de la cúpula de la Unión Industrial con su presidente Héctor Méndez, José Urtubey y José de Mendiguren era que al fin, el ministro de Economía se poníaal frente de un acuerdo que varias veces boicoteó. Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio, explicaba la importancia en términos de expectativas y financiamiento que tiene arreglar esa deuda impaga. A su lado, asentía Guillermo Stanley, ex Citi y una de las cabezas del fondo que es dueño de Havanna, entre otras empresas. También, Jorge Stuart Milne, que vendió su banco Patagonia al Banc do Brasil en 2010, y Norberto Peruzzotti, alma de Adeba, la Asociación de bancos de capital nacional. Los empresarios de la construcción asistieron con varias preocupaciones. Aldo Roggio y el presidente de la cámara sectorial, Gustavo Weiss, contaron que la obra pública está parada y sus pagos, atrasados. Le tocó a Cristiano Rattazzi, el presidente de Fiat, dar el panorama más negro. Dijo que temía por la situación de Brasil y la paralización de las exportaciones. Se trata de uno de los motores de la actividad industrial, Rattazzi también anticipó una caída en las ventas por el impuesto a los autos de lujo. Montoya, como vice del grupo Bapro y hombre de Scioli, intentó todo el tiempo llevar mensajes tranquilizadores. Pidió cooperación para una transición ordenada. Lo cierto es que los empresarios quedaron reunirse de nuevo y no dejar pasar un año. Esto quiere decir que el famoso grupo de los 6, vuelve al ruedo, empujado por la delicada situación económica. Al asado de Jorge Brito habían sido invitados los dirigentes rurales que se excusaron por estar protestando al costado de las rutas. Eso sí, prometieron asistencia a las nuevas cumbres. Fuente: iEco
Cumbre empresarial para debatir la coyuntura
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