A lo largo de las últimas seis décadas, la educación pública en Argentina ha sido objeto de preocupación tanto por parte de especialistas como de una gran parte de la población adulta. Sin embargo, los políticos suelen ignorar este llamado de atención, a pesar de los claros signos de un deterioro progresivo que afecta a las futuras generaciones.

El Impacto Económico de la Falta de Inversión Educativa

El laboratorio Edulab, dirigido por la economista Virginia Giordano y recientemente creado como parte del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), ha arrojado luz sobre las consecuencias socioeconómicas de no invertir adecuadamente en educación. Según su primer informe, esta situación se traduce en menor productividad del capital humano, bajo crecimiento económico, disminución en la recaudación fiscal y un aumento del gasto social. Además, se agrava la pérdida de cohesión comunitaria, un tema que rara vez se discute en el ámbito político.

Detalles Alarmantes del Informe

Las cifras presentadas son impactantes: se estima que el abandono escolar llega al 66% en aquellos con bajo nivel educativo, lo que representa una pérdida de alrededor de 200.000 millones de dólares anuales para el país. Esta cantidad es comparable con la producción de toda la provincia de Buenos Aires y equivale a cinco veces la ayuda financiera que Argentina ha negociado con Estados Unidos.

El Deterioro Persistente

A pesar de que el país destina en promedio un 5,3% del PBI a la educación, cifra alineada con las recomendaciones internacionales, los resultados en pruebas como PISA y Aprender indican un estancamiento preocupante. En 2024, casi la mitad de los alumnos de último grado de primaria no logró niveles satisfactorios en Matemática y un tercio no alcanzó los mínimos en Lengua. Mientras tanto, solo el 55% de los jóvenes culminó la secundaria a tiempo, siendo estas tasas de abandono más altas en varones y en regiones del norte.

Una Gestión Deficiente de los Recursos

Giordano subraya que el gasto educativo presenta una composición poco estratégica: el 90% de los recursos se destinan a salarios, dejando escaso margen para infraestructura, innovación pedagógica o capacitación docente. Esto, junto a notables desigualdades en el financiamiento entre provincias, impide que la inversión se traduzca en mejores resultados.

El Futuro de la Educación en Argentina

La economista destaca que el camino hacia la mejora no implica necesariamente gastar más, sino gestionar mejor los recursos actuales. Se señala la necesidad de establecer un liderazgo pedagógico adecuado y mecanismos de rendición de cuentas que permitan una verdadera transformación.

Iniciativas para el Cambio

Recientemente, se ha comenzado a debatir la posible implementación del programa “Deuda por Educación”, que busca redirigir ahorros provenientes de la renegociación de deuda pública hacia la inversión educativa a largo plazo. Si bien se considera un avance, los expertos insisten en que se debe complementar con una gestión educativa eficiente y transparente.

Retos en la Educación Pública

En medio de este contexto, voces de la comunidad educativa han expresado preocupaciones sobre la falta de normas disciplinarias en las escuelas, lo que ha llevado a un aumento de la violencia estudiantil. Esta falta de límites, evidenciada por la abolición de calificaciones y regulaciones, ha generado un ambiente caótico que preocupa a padres y docentes por igual.