En la noche del domingo, un derrumbe en el centro poblado de Rosaspampa ha resultado en la pérdida de dos vidas y la angustiante búsqueda de un tercer minero. Los equipos de rescate de la comunidad local y autoridades han trabajado sin descanso, enfrentando un terreno extremadamente inestable tras el colapso.

Las víctimas del derrumbe

Los fallecidos han sido identificados como Pascual Saavedra y Ángel Lumba. Según informaron fuentes locales, uno de los cuerpos fue recuperado en las primeras horas de la mañana. Sin embargo, el segundo cuerpo se encuentra en una zona de alto riesgo que ha complicado su extracción, debido al constante peligro de nuevos deslizamientos.

Operativo de rescate: Desafíos y esperanzas

La operación de rescate ha enfrentado múltiples dificultades. La caída de tierra y carbón a más de 200 metros de profundidad ha bloqueado el acceso principal, lo que ha obligado a los rescatistas a trabajar con extrema precaución. El tercer minero, Román Lumba, quien es el padre de una de las víctimas, sigue sin ser encontrado. Según trascendidos, existe la esperanza de que podría estar con vida, aunque las condiciones en el interior complican la evaluación de su situación.

El papel de la comunidad y las autoridades

Los esfuerzos de rescate han sido apoyados por la colaboración de los pobladores de Rosaspampa y de la cercana comunidad de Santa Clara. Han facilitado suministros, iluminación y soporte emocional para los familiares de los atrapados. Autoridades locales y representantes del Ministerio Público monitorizan la situación de cerca, asegurando que las acciones se desarrollen con la mayor seguridad posible.

Un clima de incertidumbre

A medida que avanza la búsqueda, la angustia y la esperanza se entrelazan en la comunidad. La operación de rescate se ha interrumpido en varias ocasiones, debido a la inseguridad del terreno. Los rescatistas continúan trabajando pacientemente, removiendo escombros y utilizando herramientas manuales en un esfuerzo por salvar a Román Lumba, quien sigue atrapado en el socavón.

La situación en el lugar se encuentra bajo constante evaluación, mientras las autoridades se preparan para actuar en cuanto sea seguro acceder a las áreas críticas donde aún persiste el peligro.