Daniel Viglione estaba alojado en un hotel, como si nada pasara, registrado con su propio nombre.
El periodista económico Daniel Viglione, acusado de estafar a personas que confiaban en invertir en un mercado extranjero, fue detenido hoy en nuestra provincia. Según fuentes policiales, el hombre fue arrestado en el hotel «Catedral», ubicado en la calle Patricias Mendocinas al 1785 de Ciudad.
Un llamado al 911 alertó a la Policía. Los efectivos entrevistaron al conserje, quien les indicó la habitación de Viglione. El hombre no opuso resistencia y fue detenido.
La Policía también secuestró un auto Renault Fluence color negro, propiedad del acusado. Viglione estaba alojado en ese hotel desde el 25 de octubre, confirmaron fuentes del Ministerio de Seguridad.
La captura de Viglione se había ordenado ayer, paso siguiente a una serie de allanamientos en su casa particular y oficinas y a partir de la abundante prueba acopiada por el fiscal de Delitos Económicos Fernando Berlingeri, que sigue recibiendo denuncias de quienes perdieron sus ahorros en manos del supuesto especialista en mercados internacionales.
Los investigadores tenían el dato de un teléfono al que Viglione había accedido, con característica de Mendoza. Llamó al colegio en el que trabaja su esposa para que ella se comunique con él. Así lo rastrearon.
Confirmada la identidad del prófugo y sometido ya al reconocimiento médico por parte de profesionales forenses, comienza ahora la coordinación del traslado del detenido a Mar del Plata, donde se le tomará declaración indagatoria.
De aquí había partido el pasado 21 de octubre en su vehículo particular y con varias pertenencias, entre ellas una computadora y mudas de ropa. La primera presunción de rumbo no fue errada: los investigadores creían que buscaba llegar a Chile, pero informes de Migraciones no lo tenían registrado en los pasos fronterizos hacia países limítrofes.
Viglione se decía periodista y analista de mercados. Desde un programa de radio promocionaba sus negocios financieros, que prometía rentas muy favorables y casi imposibles en el escenario económico actual, con rendimientos de hasta 40 por ciento anual.
Los clientes aportaban desde 10.000 dólares y a plazo mínimo de un año. Se cree que Viglione aplicaba un mecanismo de estafa piramidal, que para pagar ganancias a unos requería que muchos nuevos inversores ingresaran al sistema para sostener su estructura. Reclamos masivos de retiros, tal vez vinculados a la actual opción de blanqueo de capitales, lo habrían puesto en jaque hasta que optó por apagar su teléfono y escapar. El abogado de las víctimas asegura que el monto de la estafa ronda los cinco millones de dólares.