Dos de cada tres venezolanos conviven con el miedo y evitan salir de noche bajo el temor de ser robados, secuestrados, quedar lisiados o incluso ser asesinados, según una encuesta elaborada por Gallup que muestra la percepción de inseguridad del país petrolero como la más alta de toda América Latina, publicó El Nuevo Herald.
La percepción de inseguridad del venezolano también es la tercera más alta del planeta, ubicándose sólo detrás de la exhibida por los habitantes de Chad y Afganistán, países que atraviesan por una turbulenta era de violencia política, indicó el estudio.
Antonio Maria Delgado
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La sensación de inseguridad varía a lo largo de toda América Latina, desde un máximo en Venezuela, donde el 63 por ciento de los consultados dijo sentir temor al salir de noche en la zona que habita, hasta un mínimo en Trinidad y Tobago, donde sólo el 30 por ciento dijo lo mismo.
Con sólo el 34 por ciento diciendo que se siente seguro en la zona en que vive, “la percepción de los venezolanos sobre la seguridad está esencialmente en línea con la de países afligidos por la violencia como Chad (con 30 por ciento) y Afganistán (29 por ciento), lo que ilustra que los crímenes violentos pueden ser tan devastadores para la sensación personal de seguridad como un conflicto armado”, resaltó el informe.
Pisándole los talones a Venezuela se encontraba en la lista República Dominicana, donde el 62 por ciento de los consultados dijo no sentirse seguro al salir de noche, seguidos por Paraguay (59 por ciento), Costa Rica (57 por ciento), El Salvador (57 por ciento), Guatemala (56 por ciento), México (56 por ciento), Bolivia (56 por ciento) y Perú (55 por ciento).
Además de Trinidad y Tobago, se encontraban entre los más seguros de la región Jamaica, Uruguay, Chile y Argentina.
La tasa de Estados Unidos era de sólo 24 por ciento de personas que se sienten inseguras.
Expertos consultados afirmaron que los venezolanos tenían muy buenas razones para estar atemorizados.
“Venezuela inicia este año 2012, siendo el tercer país con más homicidios del continente americano, según datos gubernamentales”, comentó Fermín Mármol García, profesor de Criminalística en la Universidad Santa María de Caracas.
“Venezuela también es el octavo país con más secuestros del globo terráqueo, eso es alarmante porque nosotros jamás habíamos sufrido el fenómeno del secuestro, también ocupamos la onceaba casilla de los países más corruptos del planeta. Son sitiales de deshonor con los que ingresamos al siglo XXI”, añadió Mármol.
Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia, con sede en Caracas, declaró que las expresiones de los venezolanos reflejan la lamentable realidad: el incremento sostenido de la violencia en el país.
“El gobierno, después de negar por años que había un incremento, después de decir por años que el problema era peor antes de que el presidente Hugo Chávez llegara al gobierno, se ha visto obligado a reconocer que hay una tasa de homicidios de 50 por cada 100,000 habitantes, dos veces y medio más homicidios de los que habían cuando él llegó al poder”, comentó Briceño.
“Nosotros creemos que en realidad son más. Nuestras estimaciones, y los datos que tenemos, e incluso basados en la propia información oficial, nos dan que Venezuela tiene una tasa de 67 homicidios por cada 100,000 habitantes. Pero incluso si sólo tomamos la del gobierno, esa es una barbaridad, es dos veces y medio la tasa de Brasil, tres veces la tasa de México”, señaló.
Según Briceño, el miedo es una reacción totalmente sensata ante la espiral de violencia que se ha apoderado de Venezuela, país que en 13 años ha visto 160,000 asesinatos, casi el triple del total de bajas sufridas por el Ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam.
Esos cálculos son conservadores, aseguró Briceño, así como un estimado de 480,000 personas que han sobrevivido pero que fueron lesionadas durante un delito con violencia durante el mismo período.
Mármol afirmó que la ola de violencia es producto de una serie de factores, incluyendo los altos índices de corrupción y los elevados volúmenes de drogas que transitan en el país.
Pero la situación se agrava exponencialmente debido al colapso del sistema judicial, sostuvo.
“De cada 100 delitos, institucionalmente sólo se resuelven ocho. Es decir, que en el país hay un 92 por ciento de impunidad. Esto significa que en Venezuela es fácil cometer delitos”, señaló.
Esa situación de impunidad —en la que también incide la escasez de policías en un país que debería tener el doble de los agentes uniformados y el triple de detectives— ha llevado al indetenible ascenso de la violencia, explicó.
“Cada año es más violento que el anterior. En este año, 2012 ha sido más violento de lo que fue el 2011. Por ejemplo, en número de policías asesinados, ya hemos superado a esta fecha el total que tuvimos a lo largo del año pasado”, comentó.
Lo mismo sucede con el número de transportistas asesinados y de reos que han perdido la vida dentro de los centros penitenciarios, comentó.
Briceño añadió que a este explosivo cóctel también hay que agregarle el discurso de violencia brindado por el gobierno y por el propio Chávez.
“Ha habido una destrucción institucional en Venezuela, y para nosotros esa destrucción tiene que ver con el continuo elogio de la violencia que ha tenido por parte de las autoridades como mecanismo de resolución de conflicto, como arma política y como herramienta para alcanzar las metas y los fines”, señaló Briceño.
“Es una cosa muy particular porque conduce a que el propio gobierno sabotee su propios planes. Formula y crea una comisión de desarme y justo cuando esa comisión está por iniciar una campaña para promover el desarme, vemos al presidente elogiar las armas, mostrando fusiles y cargando pistolas”, señaló.
Twitter: @DelgadoAntonioM