¿Querés dejar de lado las ondas y rulos y tener el pelo bien recto? ¡Te contamos cómo conseguirlo!; seguí los tips
Todas las mujeres saben que para alisar el pelo y dejarlo sedoso, brillante y perfecto, es necesario recurrir a una (o varias) fuentes de calor. Ya sea que tengas rulos, unas pocas ondas, pelo muy finito, grueso o naturalmente lacio, para lograr el look de peluquería tenés que someterte al calor (léase secador o secador y planchita para cada caso). ¡Pero no desesperes! Con los cuidados, preparaciones y rutinas de cuidado justas, podes lograr el lacio que queres sin necesidad de freír a tu pobre pelo (que, admitámoslo, no tiene la culpa de que se te cante, ahora, tener el pelo más lacio que Mariah Carey). Seguí nuestros consejos:
1. Elegí la planchita indicada: las planchitas son como la ropa, tienen talles, y no todos los talles están hechos para todas. El largo y el grueso de tu pelo deben determinar el tamaño de planchita que vas a usar. Con la planchita justa para vos vas a ahorrar tiempo, esfuerzo y vas a maltratar menos a tu pelo. Para pelo corto, ya sea finito o grueso, usá una planchita finita, para manejar mechones más pequeños. Para pelo largo, conviene siempre usar una planchita grande para cubrir más superficie en menos tiempo.
2. Acomodá la temperatura: Las planchitas que no vienen con un regulador de temperatura suelen trabajar con temperaturas muy altas, ya que están preparadas para cualquier tipo de pelo. La consecuencia: más daño. Si tenes el presupuesto para una planchita con regulador de temperatura, procurá mantenerla a una temperatura mínima para un pelo lacio, demasiado finito o con mucho daño, una temperatura media para pelo con pocas ondas y grueso y temperatura máxima solo para pelo enrulado, grueso y con poco daño.
3. Chequeá el material: para asegurarte que tu planchita te haga el menor daño posible, revisá los materiales con los que está hecha. Las de cerámica, turmalina o titanio son las que mejor trabajan con el calor y causan menos daño a tu melena. Además, despiden iones negativos, lo cual contribuye a sellar la cutícula y le dan a tu pelo un aspecto más brillante y con menos frizz.
4. Cuidá la previa: Una vez que tenes la planchita ideal para tu tipo de pelo, es importante que sigas una serie de cuidados previos para que tu pelo no se arruine: lavá tu pelo con un shampoo delicado y con acondicionador. Secalo con una toalla lo más que puedas y aplicá una crema para peinar que proteja tu pelo del calor. Dejá pasar varios minutos y, cuando tu pelo esté casi seco del todo, recién ahí agarrá el secador para secarlo completamente antes de plancharlo.
5. Lográ el lacio deseado: una vez que secaste completamente tu pelo con un secador, dividilo en secciones (cuanto más grueso sea tu pelo, más secciones vas a tener que crear). Empezá con el planchado siempre a unos centímetros de las raíces, para darle al peinado un poco de volumen, y cuando pases la planchita hacelo siempre de forma lenta y aplicando presión. Para el pelo de alrededor de tu cara (que deberías dejar siempre para lo último), levantalo y acercá la planchita lo más que puedas a las raíces, y pasala de forma firme y con mucha presión hacia fuera. Para un final de lujo: rociá con spray fijador.
Fuente : http://www.sion.com