Con millones de perfiles personales, plataformas como Facebook y Twitter comienzan a ser recursos de información que compañías, agencias de publicidad y gobiernos comienzan a monitorear
Por Guillermo Tomoyose | LA NACION
Av la cantidad de información disponible en Internet en los últimos años, la llegada de las redes sociales, con Facebook como máximo exponente de este segmento, permitió que los usuarios comenzaran a contar con una identidad on line, una característica que la compañía cofundada por Mark Zuckerberg destaca como una virtud respecto a otras propuestas.
Bajo el lema de conectar amigos y familiares, la construcción de esta identidad on line junto a la información que cada uno de los miembros de Facebook comparte en su sitio se convirtió en un inmenso registro de datos personales que atrajo la atención del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Al menos desde 2010, la agencia llevó un monitoreo de plataformas como Twitter, Hulu, blogs y sitios de noticias, según un reporte publicado por la agencia Reuters .
Desde el ámbito privado, y por su valor comercial , este tipo de técnicas suele utilizarse en campañas de marketing de la mano de comunidades virtuales y una comunicación entre las marcas y la audiencia de la mano de los community managers. Y a su vez, los datos personales y las actividades en estas plataformas no sólo son una fuente de registros que se encuentra disponible para las autoridades gubernamentales, sino que dadas sus características, son los mismos usuarios los que también ejercen, de forma mutua, una suerte de vigilancia y control mutuo.
«Los sistemas y servicios tienen una función específica. Sin embargo, por cuestiones económicas o por otros motivos, sus prestaciones comienzan a ser utilizados en otros ámbitos», señala David Lyon, director del Centro de Estudios de Vigilancia de la universidad Queen en Ontario , Canada. Especialista en temas relacionados con la privacidad y la vigilancia, este profesor de Sociología y Derecho se presentó en la Universidad de Palermo , poco después de su presentación en el segundo foro organizado por la Asociación Internacional de Sociología que se llevó a cabo en Buenos Aires .
Ante el auge de diferentes servicios on line y nuevos dispositivos electrónicos como celulares y tabletas, Lyon cree que se perdió de vista el fin, al enfocarnos en los medios. «La primera pregunta debería ser: para qué sirve el sistema, cuál es su propósito, y no limitarnos a la tecnología en sí», agregó el especialista.
Asimismo, agrega que no todos los registros y mecanismos que suelen utilizarse como sistemas de vigilancia son siniestros ni conspiran contra los ciudadanos. No obstante, destaca que entrañan una naturaleza ambigua y que, al menos, tienen rasgos cuestionables.
En este punto, el especialista señala que los registros personales de identificación han existido durante siglos en la humanidad, y que este recurso le permitió a los gobernantes contar con una herramienta en contra de las minorías. Y si bien los gobiernos cuentan con sus propios sistemas y plataformas, la irrupción de las redes sociales con plataformas como Facebook o Twitter genera nuevos desafíos.
«Deben ser transparentes en su funcionamiento, los usuarios deben saber cómo consiguen y clasifican la información. Es clave tener conocimiento sobre la creación de nuestra identidad en Internet, eso es lo que hay que demandar tanto a las autoridades como a las compañías», detalla Lyon, ya que «las personas dependen en el mundo real de este tipo de perfiles on line