El cepo cambiario no se aplica en los viáticos que el Gobierno otorga por misiones oficiales
Por Laura Serra | LA NACION
Ser funcionario nacional tiene sus beneficios. Entre ellos, el de poder viajar al exterior en sus misiones oficiales sin las restricciones que impone el «cepo cambiario» para llevar moneda extranjera, las cuales sí rigen para el resto de los ciudadanos de a pie.
En efecto, mientras una persona que viaja al exterior depende de una autorización de la AFIP para comprar, cuando mucho, 70 dólares por cada jornada que dure su estadía, un funcionario público puede recibir unos 300 dólares -en promedio- en concepto de viáticos por cada día de misión oficial.
La diputada Graciela Ocaña (Unidad para el Desarrollo Social), acompañada por su colega Gustavo Ferrari (Frente Peronista), presentó un proyecto de ley para eliminar esta inequidad entre funcionarios públicos y ciudadanos. Sin embargo, la Casa Rosada no parece dispuesta a modificar las cosas; fuentes oficiales confirmaron ayer a LA NACION que el régimen continuará vigente pese al «cepo cambiario».
«Siempre fue así, los organismos públicos tienen acceso a la compra de dólares cuando se trata de viajes oficiales. Si los funcionarios viajan al exterior por motivos privados, deben respetar las restricciones como cualquier ciudadano», dijo a LA NACION un funcionario con acceso al despacho presidencial.
Los diputados Ocaña y Ferrari, en cambio, proponen que los viáticos que reciban los funcionarios, sin distinción del destino y nivel jerárquico, sean equivalentes a los valores que dispuso la AFIP para los ciudadanos argentinos que deseen viajar al exterior.
«Estas restricciones no sólo son arbitrarias; colocaron a los ciudadanos en una situación de desigualdad frente al personal de la administración pública nacional que realiza viajes al exterior», dijo Ocaña.
«No sólo se viola la libertad de los ciudadanos con las restricciones cambiarias. También se vulnera la igualdad ante la ley, a partir del trato preferencial que reciben los funcionarios públicos que viajan al exterior», sostuvo Ferrari.
Estas «excepciones» que benefician a la función pública están vigentes por el decreto 280 del año 1995, que regula el otorgamiento de viáticos a quienes viajen al exterior. Este decreto, en su anexo, contiene una tabla con los países de destino y los viáticos que, por día y en dólares, reciben los funcionarios con misiones oficiales fuera del país.
Los montos varían según la jerarquía del funcionario. Hay cuatro estamentos: el nivel uno, con viáticos más altos, lo integran los ministros, secretarios y funcionarios de jerarquía equivalente, teniente general o equivalente, jefes de los estados mayores generales y del Estado Mayor Conjunto. Los otros tres niveles incorporan a los funcionarios públicos de menor nivel, incluyendo agentes de la Policía Federal y de las Fuerzas Armadas.
Según la tabla del decreto 280/95, si algún ministro o secretario viajara, por ejemplo, a España, recibiría por día 333 dólares en viáticos. Si partiera a Japón, el monto se elevaría a 778 dólares diarios. Si se fuera más cerca, por ejemplo, a Chile, se le otorgarían 289 dólares diarios.
«Lo alarmante es que estos viáticos no se rinden. De hecho, llegaron a utilizarse como argumento para justificar incrementos patrimoniales desmedidos. Como en el caso del secretario privado de la presidenta Kirchner, Isidro Bounine», recordó la diputada Ocaña.
En 2010 Bounine fue investigado por la Justicia por presunto enriquecimiento ilícito ya que en 2005 había declarado sólo $ 15.000 en efectivo y, tres años después, declaró un patrimonio de $ 830.254. Finalmente, el año pasado Bounine fue sobreseído; según la Justicia, pudo acreditar el incremento patrimonial al contabilizar en su haber, entre otras cosas, viáticos no utilizados.
Con la colaboración de Mariano Obarrio