El 67% de las personas no puede leer los rotulados de los alimentos, lo que genera que “no se cumpla el derecho del consumidor a elegir qué comprar, pensando en su salud y en la de su familia”, según señala un informe elaborado por la Fundación Daat, especializada en el tratamiento de la obesidad y la diabetes, que destaca que la información nutricional resulta clave para la salud de la población.
“Si bien existe legislación sobre las etiquetas nutricionales -señaló la doctora Viviana Baranchuk, directora de la Fundación- las normas no especifican el tamaño de la letra, una queja constante de las personas que se sienten marginados por no poder decidir qué comprar y qué no”.
A modo de ejemplo, la especialista comentó que “es preocupante que un paciente hipertenso no pueda leer cuánto sodio tiene un alimento, o que alguien con diabetes no identifique la cantidad de glucosa de un producto porque no es legible”.
Para la médica, “se debe intensificar la regulación para lograr rotulados nutricionales visibles para toda la población, ya que todos los consumidores deben poder decidir, en base al mismo, qué elegir y qué no”.
LA INFORMACION NUTRICIONAL
La etiqueta, o rótulo de un alimento, es el medio de comunicación directo entre el fabricante y el consumidor, ya que brinda información básica y esencial del alimento y puede proveer, además, información nutricional.
Esta última es la información acerca del contenido de nutrientes del alimento, y generalmente se detalla en un cuadro impreso en los envases llamado “Rotulado Nutricional”.
“Un nutriente es cualquier sustancia química consumida normalmente como componente de un alimento, que proporciona energía y es necesaria para el organismo, por lo que su carencia produce algún cambio característico”, explicaron los especialistas de la Fundación, que destacaron que son nutrientes las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, las fibras, los minerales, o las vitaminas, entre otras que deben estar especificadas en los productos, al igual que las porciones, de acuerdo a la legislación alimentaria.
“Esto se cumple -señaló la doctora Baranchuk- pero la letra no es visible, entonces los fabricantes cumplen con la ley poniendo la información que se le exige, pero en letras pequeñísimas”.
“El objetivo del Rotulado Nutricional -añadió la médica- es que el consumidor pueda conocer las propiedades nutricionales que posee el alimento en cuestión y así tomar decisiones más adecuadas a la hora de elegir, por eso esperamos que nuestra investigación aliente un cambio y se exijan letras más grandes en las etiquetas”.
LA PRUEBA EN YOGURES
La entidad agregó también que “los últimos cambios culturales respecto de la alimentación han orientado a gran parte de la población a preocuparse por el cuidado de la salud a través del consumo de alimentos más saludables, con lo cual la información nutricional se ha convertido en un tema relevante”.
Para realizar la indagación, la entidad utilizó envases de yogures y barras de cereales a fin de determinar la facilidad o dificultad de las personas para leer la información nutricional.
Con esos elementos, la entidad médica realizó una encuesta entre 140 personas, que determinó que el 33,5% no ve con facilidad los rótulos de los alimentos, el 47,9% tiene dificultad para verlos y el 18,6%, directamente, no puede leerlo.
Finalmente, el informe elaborado por la Fundación especifica que “poder decodificar la información nutricional de los alimentos en las góndolas de los supermercados no es simplemente un ejercicio de un sentido, ni un ansia, ni un simple goce, sino que es un derecho que se está vulnerando”.
Fuente > http://www.eldia.com.ar/