Un diputado del conservador Partido Liberal (FDP), socio en la coalición de gobierno de Angela Merkel, desató un escándalo cuando prendió y fumó un cigarrillo de marihuana en televisión.
El escándalo fue protagonizado por Martin Lindner, vicejefe de la fracción parlamentaria del FDP, durante un programa emitido por la cadena Tele 5.
La extraña situación comenzó cuando el presentador ofreció un «porro» a Lindner. El político conservador, ataviado con un traje oscuro y peinado pulcramente con gomina, lo olió con escepticismo y aseguró: «no es de verdad».
El moderador lo retó entonces a probarlo y ambos salieron a un balcón del estudio. Lindner lo encendió y tras un larga pitada, concluyó: «En efecto, ¡es real!».
«Es un programa en tono de broma», explicó Lindner en declaraciones a la prensa. «La verdad es que no puedo decir si (el cigarrillo) tenía algo, en todo caso no tuvo un gran efecto». El presentador Benjamin von Stuckrad-Barre zanjó la duda: «el porro era real».
Lindner, de 48 años, lleva tiempo trabajando por la legalización de drogas blandas como la marihuana, contradiciendo así la postura oficial de su propio partido y la del gobierno de Merkel, que hoy se apresuraron a tomar distancia del hecho.
«El cannabis es una droga ilegal prohibida en la legislación de estupefacientes», señaló Mechthild Dykmans, responsable de políticas antidrogas del gobierno y miembro del FDP. «Vanalizar públicamente el consumo de marihuana envía un mensaje totalmente erróneo», agregó.
La oposición consideró en cambio que la escena, grabada un día antes de salir al aire, no se debe a un desliz sino a una cuidada estrategia de los liberales para remontar su grave crisis de popularidad y su caída en las encuestas.
«Lindner quiere establecer al FDP como un partido divertido», dijo Angelika Graf, portavoz de políticas contra la droga de los socialdemócratas (SPD).
La foto de Lindner con el «porro» en la boca figura en portada del diario Bild, el más leído de Europa, los informativos repiten una y otra vez el video y los medios digitales alternan comentarios jocosos con debates sobre el consumo de marihuana, no penado en Alemania.
Sin embargo, la fama de provocador de Lindner no es nueva. Un político del partido La Izquierda lo acusó en mayo de «tocarse los testículos» cada vez que habla una mujer en el Parlamento
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