Son cada vez más los casos de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad. De hecho, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, un 10% de los niños en edad escolar (entre 5 y 17 años) en el mundo padecen de sobrepeso u obesidad.
De acuerdo con la nutricionista costarricense Larisa Páez, “La obesidad suele ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas. El aumento del consumo de alimentos muy ricos en calorías, sin un aumento proporcional de la actividad física produce un desequilibrio energético que desemboca en el aumento de peso”.
¿Los adolescentes con sobrepeso comen menos que sus pares sanos?
De acuerdo con un estudio científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos, publicado en la edición en línea de septiembre de 2012 de la revista Pediatrics, los niños menores de 9 años con sobrepeso consumen cada día más calorías que sus pares sanos. Sin embargo, en un hallazgo totalmente inesperado, los investigadores descubrieron que los niños y adolescentes con edades entre 9 y 17 años y con sobrepeso consumen menos calorías al día que sus contrapartes de peso sano.
¿Cómo explicar éste hallazgo contradictorio? Según los autores del estudio una de las razones por las cuales esto hace sentido es porque los adolescentes con sobrepeso son menos activos físicamente que aquellos que tienen un peso saludable, es decir, los adolescentes sanos consumen y requieren más calorías porque las queman realizando más actividad física que sus pares con sobrepeso, por lo tanto, generan un adecuado balance entre la ingesta y el gasto calórico. La investigación concluye que, en el caso de adolescentes con sobrepeso y obesidad, es mejor hacer una intervención desde el punto de vista del gasto energético (actividad física) y no necesariamente desde el consumo calórico (alimentación)”.
Según Asheley Cockrell Skinner, la autora del estudio y profesora asistente de pediatría de la Universidad de Carolina del Norte, «El mensaje para la sociedad y los padres es no dar por sentado que un joven que tiene sobrepeso come de más. La obesidad no es simplemente un asunto de comer más».
De acuerdo con la nutricionista Páez, “El estudio también menciona que la intervención para sobrepeso y obesidad (cambiar los hábitos de alimentación inadecuada e inactividad física) debe iniciar en las primeras etapas de la vida porque si un niño es obeso es probable que se mantenga obeso en su adolescencia”.
¿Cómo fomentar el gasto de calorías en adolescentes con sobrepeso u obesidad?
Según la nutricionista Páez, “Una de las principales soluciones, como se observó en el estudio de Pediatrics, es fomentar el gasto de calorías por medio de la actividad física. Si el adolescente aprende a disfrutar del deporte y el juego, sea cual sea, es más probable que tenga un peso estable”.
La experta añade que para niños y adolescentes de edades entre 6 y 17 años, la recomendación, de acuerdo con las Guías Diarias de Alimentación 2010 del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) es de 60 minutos o más de actividad física diaria, dentro del cual puede incluir:
· Actividad aeróbica moderada: caminar, bailar, nadar.
· Actividad aeróbica vigorosa: correr, andar en bicicleta en la montaña.
· Fortalecimiento muscular (3 veces a la semana): trabajos de fuerza y contra resistencia.
· Fortalecimiento de huesos (3 veces a la semana): saltar la cuerda, deportes como la gimnasia.
La nutricionista agrega que la actividad física diaria va de la mano con una alimentación balanceada. “Una adecuada alimentación para todo adolescente deber ser equilibrada. Esto significa que debe incluir suficientes cantidades de cereales, leguminosas, frutas, verduras, lácteos, carnes, pescados, aceites y grasas. Lo importante es recordar que ningún exceso es bueno y que no hay alimentos buenos o malos, solo dietas mal balanceadas”, menciona la nutricionista Páez.
La experta señala que no existe una dieta común para todos los jóvenes, “en cada caso hay que buscar el equilibrio adecuado. Las necesidades nutricionales de cada adolescente dependerán de su sexo, edad, estatura y la cantidad de actividad física que realiza diariamente. Además, no debemos olvidar que la adolescencia suele ser el momento en el que se practican más deportes, eso quiere decir que tendrán más desgaste energético y, por lo tanto, necesitarán mayor aporte de alimentos”.
“Una buena hidratación permitirá regular la temperatura del cuerpo, eliminar toxinas y desperdicios metabólicos del organismo, entre otros. Además, favorece el transporte de nutrientes y su utilización. Es importante saber que todas las bebidas hidratan y que un porcentaje considerable de la hidratación diaria se repone mediante el consumo de líquidos como agua, jugos, leche, gaseosas, té, entre otros. El otro porcentaje proviene de los alimentos sólidos, tales como las frutas y vegetales”.
Según la experta, los requerimientos de hidratación para adolescentes son los siguientes:
9-13 años: Hombres 2.4 litros y mujeres 2.1 litros.
14-18 años: Hombres 3.3 litros y mujeres 2.3 litros.
El rol de los padres
La nutricionista Páez añade que una de las mejores maneras para incentivar hábitos de vida saludables en los niños y adolescentes es que los padres sean el ejemplo, puesto que el comportamiento de los niños suele modelarse a través de la observación y la adaptación. Paez recomienda hacer de la actividad física una rutina familiar y aconseja mantener siempre una actitud positiva acerca de las actividades físicas en las que participan los niños.
“La obesidad se puede prevenir con un estilo de vida saludable. Es de suma importancia que los padres fomenten la práctica regular de actividad física y eduquen a sus hijos sobre cómo mantener una alimentación balanceada”, concluye la experta.
10/24/2012 03:00:00 p.m. by Jesús Checa · 0
Entradas relacionadas:
Estudio muestra que la actividad física ayuda al cerebro a …
Tres hábitos para vivir más.
4 momentos claves del día en los que debes tomar agua.
¿Qué tan beneficiosa es la carne de pollo para la salud?
LinkWithin
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger…
Hallan sustancia que ayuda a exfumadores a no volver a caer en el vicio.
Dejar el hábito de fumar no es una tarea fácil. La nicotina, sustancia principal del tabaco, tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo y la cognición de la persona, que se convierten en estimulantes que refuerzan el hábito y lo convierten en adicción, señala un estudio publicado en «Journal of Experimental Medicine». En muchas ocasiones las personas cumplen su propósito de dejar el cigarrillo pero hay un problema mayor, superar la ansiedad que conlleva el síndrome de abstinencia y no volver a caer en las redes del tabaco.
Esta situación parece estar a punto de resolverse, ya que un grupo de investigadores del Centro para la Adicción y Salud Mental de Toronto han hallado un compuesto de proteínas que inhibe una interacción de neurotransmisores que producen el efecto de «querer fumar»,
Fang Liu, líder de la investigación señala en una nota de prensa que cuando una persona tiene una larga exposición a la nicotina se produce un efecto que hace que dos neurotransmisores receptores empiecen a interactuar en el cerebro y este compuesto previene esta interacción.
Los investigadores señalan en el estudio, que hasta ahora no hay disponible productos para ayudar a mantenerse sin fumar después de las 52 semanas de haber dejado el último cigarrillo. Y que tampoco hay medicamentos que afecten directamente en el proceso de recaída.
«Nuestros resultados pueden proporcionar una nueva diana terapéutica para el desarrollo de medicamentos para la prevención de la recaída nicotina», reza el documento.
Hasta ahora, el complejo sólo se ha probado en ratas ex adictas al tabaco que atravesaban por el síndrome de abstinencia, pero se tiene la esperanza de que funcione de la misma manera en los seres humanos y así reducir las recaídas en personas que han dejado de fumar o masticar tabaco.
Según los últimos datos de las Sociedad Española de Cardiología, en el tabaco es la causa de una de cada siete muertes en mayores de 35 años en España. (Globovisión)